Tan bonito y tan simple a la vez. Porque en la simpleza de las cosas en ocasiones se asoma algo tan complejo. Emociones, sentimientos, personas.
Y todo el tiempo escuchando las mismas palabras, viendo los mismos rostros y aceptando poco a poco, que tal vez, eso era todo.
"¿Y si nunca vuelvo a sentir algo?" me preguntaba a mí misma, y después de citas sin sentido terminaba por contestarme: "no, ya nunca será igual".
Y de repente, en solo 5 días, todo cambia, un torbellino viene a sacudirme todas las ideas que con las que peleaba anteriormente. Y esta vez no es algo malo, esta vez, siento que no es una fantasía, esta vez, siento que es real.
Pero es tan real que da miedo, es tan real que hace que me ponga a temblar.
Me han hecho tanto daño, soy tan frágil, que dejar a esta tormenta entrar a mi casa sin estar protegida representaría una amenaza: ¿Y si todo lo que tengo termina por quebrarse?, ¿Y si me destruye?
Sentir tanto y tan poco a la vez es una bendición y una maldición, porque ahora pienso en cada detalle, pienso en lo que podría salir mal.
"Abre un espacio en tu mundo" me digo, y le digo al corazón que deje de temer, y le digo a la conciencia que deje que buscar por pretextos.
Y es que a veces, encuentras el amor donde menos te lo esperas, y solo a veces, lo dejas entrar porque aunque sabes que es una tormenta, estás dispuesta a perderlo todo solo para volverte a reconstruir junto a él.
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