¿Cómo te dices que el cuento de hadas en el que siempre creíste no es verdad?
¿Cómo despiertas del sueño profundo?
Se supone que vendría a rescatarte un príncipe
y esperabas que hubiera una fila inmensa de chicos
aguardando solo por probar tus labios
pero en vez de eso te encuentras con la soledad.
¿Cómo continúas?
¿A dónde vas a ir a tirar todos los vestidos rosas llenos de tul?
¿Dónde guardas las esperanzas que has estado conservando?
Te cansas
sales corriendo del castillo y no mirás atrás
dejas de ser la chica perfecta
el modelo de la barbie que todos quieren tener
aceptas tus imperfecciones
te compras ropa y accesorios que no hacen juego
te deja de importar lo que dice en tu etiqueta
comprendes que no eres un producto
no tienes un error de fábrica y por eso nadie te compró.
Sales a la calle y no esperas nada
tus sueños se convierten poco a poco en los de una mujer
ya no tienes 13 y acabas de ser besada
ya no tienes 18 y acabas de perder tu virginidad
nadie ha venido a pedir tu mano
tienes casi 24, y ya no eres una damisela en peligro.
Así es cómo sucede:
un día te levantas y descubres que el cuento de hadas solo existió en tu cabeza
te lleva unos cuantos años
meses
pero acabas adaptándote a la nueva realidad.
Tú no naciste para ser salvada
tú lugar no está en una cama
postrada y esperando.
Así que tomas las riendas de tu vida
no es la que esperabas pero la moldeas a tu antojo.
No hay hijos
no hay compromisos
no hay vestidos blancos ni lunas de miel
solo existe la independencia.
Un día, estás a punto de cumplir 24 y descubres que estás en paz
puedes ir por la vida besando sapos
incluso te gusta, lo disfrutas.
Porque ya descubriste que el único amor de tu vida
no es nadie más que tú.
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