lunes, 30 de octubre de 2017

Rota como una botella

Cuando rompes una botella de vino
no puedes esperar que no manche algo
que no se derrame.
Sostuviste una y la tiraste al piso
luego dijiste lo siento
pero el daño estaba hecho.
Me quedé toda la noche despierta
pensando en lo que aquello implicaba
y a la mañana siguiente la mancha seguía ahí,
no dije nada y solo salí a trabajar
mientras besabas mis mejillas
y seguías diciendo lo siento sin parar.
No puedes hacer desastres y luego pedir disculpas.
Como la vez que te enojaste
y un moretón se formó en mi costilla izquierda.
Dicen que aquello fue violencia,
yo lo vi como un acto de amor.
Supongo que todo empezó aquel día
si volvemos al principio las señales estaban ahí:
golpeando las mesas con los puños
tirando bebidas al aire
tomando cuchillos como amenazas.

Romper una botella de vino se parece mucho a romper un corazón
aquel día me tomaste en tus brazos
y con apenas dos dedos sujetaste mi mandíbula.
Algo dentro de mi también se rompió,
no solo fue la sangre emanando de mi nariz
en mis entrañas se hizo un desastre,
uno que esperaba que limpiaras
pero nunca lo hiciste.

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