sábado, 23 de junio de 2018

Cerebro vs Corazón: "no tengo tiempo para el amor"

Soy una mujer ocupada, en serio. Me levanto todos los días a las 6 am para hacer pilates, trabajo de 10 am a 8 pm (a veces salgo a las 7, depende), doy clases de folklor a un grupo de niñas y tengo reuniones semanales con mi grupo de las psicolocas. Ah, claro y tengo vida social de vez en cuando. ¿A qué hora se supone que tenga tiempo para encontrar el amor?
Incluso si me invitan a salir no puedo a menos que sea ya tarde, y la verdad es que soy una señora que se duerme a las 10:30 máximo. ¿Así cómo?
Tampoco ayuda el hecho de que vivo en un pequeño pueblo a una hora de la ciudad. No ayuda, de veras. Siento que veo a la misma gente, salgo con las mismas personas, me digo que no cometeré los mismos errores pero aquí estoy, quejándome.

Cerebro me dice que está bien, que estas personas están pidiéndome demasiado cuando me dicen que sea yo quien vaya a verlas, ¿por qué tengo que ser yo siempre?, ya sé que el siguiente pueblo está a 10 minutos de camino, pero, ¿por qué yo?, cerebro es orgulloso y dice que no, no puedo ser yo la que vaya al encuentro.
Corazón en cambio me suplica que me arriesgue, aún cuando sabe que saldrá lastimando. Ay, pobrecito, no aprende, supongo que por eso lo sigo intentando aún cuando los números no están a mi favor.

Me digo que cuando regrese de mis vacaciones me voy a mudar. Pero, ¿eso será suficiente?, tal vez debo trabajar menos, darme un tiempo, salir más, cometer locuras.
Es que no tengo tiempo.
Es sábado por la noche y me voy a quedar en casa. Cerebro me dice que es lo correcto, que merezco un descanso, Corazón dice que salga porque el amor espera.
Y yo aquí,
tratando de encontrar un balance, esperando y esperando a que el tiempo llegue.

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