domingo, 17 de junio de 2018

De por qué Tinder arruinó el amor para siempre

Sí, aún tengo Tinder porque aún sigo en búsqueda del amor. Aunque ya está claro que no lo encontraré ahí jamás, me gusta porque me permite conocer gente, o al menos platicar y ver qué hay ahí afuera.
El caso es que quiero hablar de algo que pasó hace unos días: hice match con un chavo que se me hizo extremadamente conocido, pero no le di importancia, luego él me habló pero equis, no quedamos en nada. Y luego...¡bum!, vi un anuncio en Facebook de un concierto y ahí fue cuando dije "ok, ahora sé de dónde conozco a este vato", resulta que es el vocalista de una banda que vi en el festival Sayulita hace 2 años y luego pasó un buen tiempo en mi hometown, y según mi increíblemente buena memoria (sobre todo si se trata de hombres), él tenía novia. Así que como buena stalker, me metí a su instagram y ¡bum!, sí, el vato tiene novia e incluso la trae con él.

Así que, ¿qué rayos está pasando en el mundo?, ¿acaso el amor ya nos vale madres?, ¿el cinismo es el nuevo elemento de las relaciones? No lo sé.
Lo que sí sé, es que este chico, aún con su novia al lado, es capaz de andar en Tinder, haciendo match con otras chicas, ¡y hablándoles!, qué descaro, de verdad.

Y esto solo me hace preguntarme si otros chicos con los que he saldo han aplicado esta misma estrategia.

Quizá ya es hora de dejarme de cosas, eliminar mi perfil y dejar que mi vida siga su curso.
Quizá
Quizá...

Tinder apesta, todo es una trampa.

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