Me sorprendí al darme cuenta del poder que tiene el agua para transformar las cosas, incluso para destruirlas. ¿Cómo algo que puede dar vida también puede herir? suavemente, apenas anunciándose, un roce que parece delicado y acaba dejándote en los huesos.
La mamá de mi mejor amiga dejó su auto bajo un chorro de agua, no lo pensó demasiado y al día siguiente descubrió partes sin pintura.
El techo de la casa después de días de lluvia, el metal...
Nuestros cuerpos.
No pasamos tanto tiempo bajo el agua pero sin duda nos hemos desgastado.
Y me pregunto si lo hicimos a propósito, si una vez que nos vimos de nuevo, tan diferentes, tan doblegados por el constante sonido de una gota y luego otra, decidimos ignorar la capa principal e intentamos pretender que los huesos que teníamos frente a nosotros eran normales. Que nada había cambiado cuando en realidad todo lo había hecho.
El agua se lo llevó todo.
lunes, 25 de noviembre de 2019
lunes, 18 de noviembre de 2019
Todo lo que no tengo
Estoy muy cansada de inventarme excusas para no ser lo mejor que podría ser. Así que a partir de hoy voy a cambiar todo aquello que no tengo y lo convertiré en cómo podría tenerlo.
- Amor
Sí, sí, sí, yo sé que siempre hablo del amor y probablemente todos estén hartos pero el amor es lo que me motiva a seguir adelante. Cuando el amor no está a la vista no puedo hacer más que volverme una bola de pelos humana y hundirme en la tristeza (como he hecho hoy todo el día). Solo pasó una semana desde que regresé de Canadá pero a pesar de que todo el mundo cree que estoy increíblemente enamorada la verdad es que ya no sé que esperar. Me siento como una tonta a decir verdad. Siento que fui hasta allá y ¿para qué?, siento que nunca seré suficiente para nadie, que nadie nunca podrá darme todo el amor que estoy dispuesta a dar.
PERO NO MÁS. No más rogar por amor, no más invertir mis pensamientos mi tiempo y dinero en cosas que sé que no van a funcionar.
Ahora quiero enfocarme en darme primero el amor a mí misma, quiero ser la mejor versión de mí. Y claro que quiero encontrar a mi hombre ideal, a mi pareja ideal, nunca me voy a rendir. Mis pensamientos estarán enfocados en que el universo me brinde la oportunidad de amar y ser amada como me merezco.
- Escuela
No he asistido a la escuela en tres años. Y sí, voy a clases de guitarra desde hace más de un año pero aún así siento que hay demasiado que quiero aprender y no lo hago solo por flojera. Voy a regresar, voy a aprender más cosas, voy a ser como una esponja y absorberé tanto como pueda. Las posibilidades son infinitas.
- Casa - (¿mudanza?)
Este es el tema que más me aflige día con día. ¿Estoy donde debería estar?, ¿este lugar es suficiente como para sentirme completa?, ¿a dónde quiero ir?, o de lo contrario, ¿quiero empezar a construir los cimientos de un hogar aquí?
No lo sé. Gran parte de mí me dice que es hora de irme, de buscarme y encontrarme. Pero es que no estoy segura. Acabo de cumplir 26 y siento (como buena drama queen que soy), que de verdad los años pasan cada vez más rápido y no puedo seguir igual.
domingo, 17 de noviembre de 2019
Los domingos se inventaron para pensar
Dios al parecer estaba tan cansado después de crear y crear sin parar que decidió darse a sí mismo un día entero para hacer nada. Pero nadie le advirtió que cuando uno no hace nada definitivamente queda más espacio dentro de uno para ponerse a pensar.
Hoy me desperté tarde (y por tarde me refiero a las 9am), vi a mi mejor amigo para desayunar, volví a dormir y acabo de ver a mis amigos de nuevo para comer. Se supone que me pondría a trabajar un poco pero no tengo ganas. Terminé de ver Atypical (Que luego dedicaré un post entero a esa serie), estoy viendo Eat, Pray, Love.
No sé qué hacer, es uno de esos días en los que quiero recostarme en el piso y quedarme dormida solo para despertar cuando las cosas se hayan solucionado. Pero es que no hay nada que solucionar, todo parecería estar bien pero aún así no estoy satisfecha. Llegué a la conclusión de que nunca lo estaré. No importa qué tanto tenga, nunca podré ser del todo feliz.
Necesito cambiar mi vida, necesito salir de aquí e irme lejos, quizá no a Bali pero si a encontrarme.
Cumplí 26 en un país donde vi la nieve por primera vez, donde estuve feliz por 5 días y luego regresé a una realidad que no me gusta.
Necesito cambiar. Es hora.
Es el momento de enfrentarme a los pensamientos recurrentes que no se van y que sé que no se irán hasta que los haya repasado uno por uno.
Ya no soy una niña y el tiempo pasa cada vez más rápido.
Hoy me desperté tarde (y por tarde me refiero a las 9am), vi a mi mejor amigo para desayunar, volví a dormir y acabo de ver a mis amigos de nuevo para comer. Se supone que me pondría a trabajar un poco pero no tengo ganas. Terminé de ver Atypical (Que luego dedicaré un post entero a esa serie), estoy viendo Eat, Pray, Love.
No sé qué hacer, es uno de esos días en los que quiero recostarme en el piso y quedarme dormida solo para despertar cuando las cosas se hayan solucionado. Pero es que no hay nada que solucionar, todo parecería estar bien pero aún así no estoy satisfecha. Llegué a la conclusión de que nunca lo estaré. No importa qué tanto tenga, nunca podré ser del todo feliz.
Necesito cambiar mi vida, necesito salir de aquí e irme lejos, quizá no a Bali pero si a encontrarme.
Cumplí 26 en un país donde vi la nieve por primera vez, donde estuve feliz por 5 días y luego regresé a una realidad que no me gusta.
Necesito cambiar. Es hora.
Es el momento de enfrentarme a los pensamientos recurrentes que no se van y que sé que no se irán hasta que los haya repasado uno por uno.
Ya no soy una niña y el tiempo pasa cada vez más rápido.
miércoles, 6 de noviembre de 2019
A tres días de mi cumpleaños
Estoy en el aeropuerto esperando para tomar un vuelo a CDMX y de ahí a Toronto. Mi corazón está lleno, llenísimo, me siento tan feliz que podría explotar. Nunca me imaginé que mis sueños se harían realidad tan rápido. Un día me desperté feliz y al lado de alguien increíble y hoy de nuevo vuelo a verlo. Estoy en las nubes. Nunca he visto la nieve y creo que por primera vez la veré.
Estoy a punto de cumplir 26 y más feliz que nunca.
Podría llorar de felicidad (probablemente lo esté haciendo).
Estoy a punto de cumplir 26 y más feliz que nunca.
Podría llorar de felicidad (probablemente lo esté haciendo).
martes, 5 de noviembre de 2019
a un día...
Son las pequeñas cosas de la vida las que hacen que todo valga la pena: mientras estoy a punto de quedarme dormida comienzo a recordarnos en un restaurante, pone su mano sobre la mesa y comienza a mover los dedos en mi dirección, me río como una niña, él dice "hola", y abraza dos de sus dedos con dos de los míos, "así es cómo nos abrazamos porque no tenemos brazos", dice, y río aún más fuertemente.
Lo veo sonriéndome como si fuera lo más normal del mundo mientras caminamos tomados de la mano.
Le digo, "¿puedes cargarme como un bebé?" y me dice "ven aquí", pero corro lejos de él solo para después correr de vuelta y lanzarme a sus brazos.
Me abraza durante el concierto de mi vida y no se queja ni un momento a pesar de que permanecemos parados como por 6 horas.
Nos decimos "parece que nos conociéramos de mucho antes" y tratamos de dormir en un autobús que nos lleva más cerca de casa.
Y no me dice adiós, me dice hasta pronto.
Pero hoy, hoy lo extraño tanto y cierro los ojos para sentir que estoy a su lado de nuevo
y mañana me despierto para tomar un vuelo y dormir de nuevo en sus brazos.
Lo veo sonriéndome como si fuera lo más normal del mundo mientras caminamos tomados de la mano.
Le digo, "¿puedes cargarme como un bebé?" y me dice "ven aquí", pero corro lejos de él solo para después correr de vuelta y lanzarme a sus brazos.
Me abraza durante el concierto de mi vida y no se queja ni un momento a pesar de que permanecemos parados como por 6 horas.
Nos decimos "parece que nos conociéramos de mucho antes" y tratamos de dormir en un autobús que nos lleva más cerca de casa.
Y no me dice adiós, me dice hasta pronto.
Pero hoy, hoy lo extraño tanto y cierro los ojos para sentir que estoy a su lado de nuevo
y mañana me despierto para tomar un vuelo y dormir de nuevo en sus brazos.
domingo, 3 de noviembre de 2019
Historias de un sábado por la noche
No he escrito para mí misma en todo el mes, me pasé octubre escribiendo cuentos y aún no acabo Cuentober pero no me he sentido inspirada, además dije que me daría los fines de semana para no escribir. Hoy es domingo y estoy muy cruda, hace muchísimo no me sentía así de mal, anoche celebré mi pre-cumpleaños con mis amigas Sam, Daf e Ingrid. Me sorprende saber que ya tengo un grupo de amigas en el pueblo, y me alegra, porque por más que ame a mis amigos a veces necesito juntarme con chicas para variar.
Me siento tan mal, anoche llegué a casa y dejé las llaves pegadas a la puerta, caminé a mi cuarto y me tire al suelo, me quedé dormida ahí, desperté como una hora después solo para ir a vomitar al baño. Siento que el mundo da vueltas y yo giro con él.
Estoy a menos de una semana de cumplir 26. No me lo creo.
Empecé este blog cuando tenía 16, y 10 años después aquí sigo, contándole mi vida a quien quiera leerla, teniendo decepción amorosa tras otra, enamorándome perdidamente, emborrachándome, teniendo crisis existenciales, viajando. Sigo siendo la niña de 16 años pero con muchas responsabilidades. Soy muchas cosas, creo que mi yo de hace 10 años estaría orgullosa, creo que yo estoy orgullosa. Finalmente tengo mucha seguridad y me acepto, me quiero, trato de respetarme y me trato a veces como a una niña pequeña a quien tienen que regañar por no hacer lo que debe.
Tengo tanto miedo. A crecer, a que este pequeño pueblo ya no tenga lugar para mí, a nunca ser amada, a perderme y no encontrar el camino de vuelta.
En 3 días me voy de nuevo, a una aventura que parece un sueño hecho realidad, porque cuando regresé de Canadá, pasaron solamente 10 días y ya estaba comprando un boleto de regreso. Esta soy yo volviéndome loca, soy yo improvisando en la vida y dándome la oportunidad de vivirla al máximo.
No sé qué va a ser de mi el año que viene. 26 años se sienten como el comienzo de los 30, y pronto mis días de sentirme como eterna adolescente quizá queden atrás. No sé. Ya no me siento con las mismas ganas de antes de salir los fines de semana o de tomar con mis amigos hasta altas horas de la noche. Las desveladas ya no son como antes. Estoy muriendo, un día a la vez, y quiero saber que he aprovechado mi vida al máximo. A veces creo que ya no debería seguir aquí, en el pequeño pueblo que me vio nacer, siempre me he visto a mí misma como una chica de ciudad, cada que viajo y conozco lugares maravillosos quiero quedarme por siempre ahí. Me enamoro a cada paso, sin dudas.
Hay tanto que quiero hacer, tanto que quiero aprender, pero aún no tengo un plan. Hace 10 años creí que estaría siendo completamente independiente, me vi a mí misma viviendo en la gran ciudad, con un hombre bueno a mi lado.
Hoy, sigo en donde empecé, pero vaya que he cambiado, quiero convertirme en una mujer, en la mujer de mis sueños, y solo me siento invencible cuando estoy viajando. Vivir aquí me ha dado la oportunidad de poder ahorrar, de tener comodidad, pero no sé si quiero eso. Veo la vida de una de mis youtubers favoritas y me digo: yo también puedo. Conseguir un empleo maravilloso y mudarme, ser fabulosa, vivir en la ciudad.
Creo que algo más grande me está llamando, y yo quiero ir a su encuentro.
Los 26 llegan y yo me voy con ellos a los brazos de un ruso al que extraño demasiado. ¿Qué me espera? Solo el tiempo lo dirá.
Me siento tan mal, anoche llegué a casa y dejé las llaves pegadas a la puerta, caminé a mi cuarto y me tire al suelo, me quedé dormida ahí, desperté como una hora después solo para ir a vomitar al baño. Siento que el mundo da vueltas y yo giro con él.
Estoy a menos de una semana de cumplir 26. No me lo creo.
Empecé este blog cuando tenía 16, y 10 años después aquí sigo, contándole mi vida a quien quiera leerla, teniendo decepción amorosa tras otra, enamorándome perdidamente, emborrachándome, teniendo crisis existenciales, viajando. Sigo siendo la niña de 16 años pero con muchas responsabilidades. Soy muchas cosas, creo que mi yo de hace 10 años estaría orgullosa, creo que yo estoy orgullosa. Finalmente tengo mucha seguridad y me acepto, me quiero, trato de respetarme y me trato a veces como a una niña pequeña a quien tienen que regañar por no hacer lo que debe.
Tengo tanto miedo. A crecer, a que este pequeño pueblo ya no tenga lugar para mí, a nunca ser amada, a perderme y no encontrar el camino de vuelta.
En 3 días me voy de nuevo, a una aventura que parece un sueño hecho realidad, porque cuando regresé de Canadá, pasaron solamente 10 días y ya estaba comprando un boleto de regreso. Esta soy yo volviéndome loca, soy yo improvisando en la vida y dándome la oportunidad de vivirla al máximo.
No sé qué va a ser de mi el año que viene. 26 años se sienten como el comienzo de los 30, y pronto mis días de sentirme como eterna adolescente quizá queden atrás. No sé. Ya no me siento con las mismas ganas de antes de salir los fines de semana o de tomar con mis amigos hasta altas horas de la noche. Las desveladas ya no son como antes. Estoy muriendo, un día a la vez, y quiero saber que he aprovechado mi vida al máximo. A veces creo que ya no debería seguir aquí, en el pequeño pueblo que me vio nacer, siempre me he visto a mí misma como una chica de ciudad, cada que viajo y conozco lugares maravillosos quiero quedarme por siempre ahí. Me enamoro a cada paso, sin dudas.
Hay tanto que quiero hacer, tanto que quiero aprender, pero aún no tengo un plan. Hace 10 años creí que estaría siendo completamente independiente, me vi a mí misma viviendo en la gran ciudad, con un hombre bueno a mi lado.
Hoy, sigo en donde empecé, pero vaya que he cambiado, quiero convertirme en una mujer, en la mujer de mis sueños, y solo me siento invencible cuando estoy viajando. Vivir aquí me ha dado la oportunidad de poder ahorrar, de tener comodidad, pero no sé si quiero eso. Veo la vida de una de mis youtubers favoritas y me digo: yo también puedo. Conseguir un empleo maravilloso y mudarme, ser fabulosa, vivir en la ciudad.
Creo que algo más grande me está llamando, y yo quiero ir a su encuentro.
Los 26 llegan y yo me voy con ellos a los brazos de un ruso al que extraño demasiado. ¿Qué me espera? Solo el tiempo lo dirá.
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