Ir a terapia ha sido bastante bueno, yo dije hace algunos meses que seguramente terminaría siendo tal vez terapeuta gestalt, hoy ya no sé. Quizá es que a mi no me convence eso de hablarle a una silla vacía pretendiendo que le hablo a aquello que más daño me ha causado. Pero debo aceptar que un día hicimos una técnica que ayudo bastante: me puse a gritar a romper cosas a decir las malas palabras que me obligo a mí misma a no decir: y ahí estaba, fuera de mi pude ver todo ese rencor, ese coraje...abandonándome. Se sintió tan bien.
Y mañana es mi ultima sesión. Tengo que levantarme muy temprano, tengo que dejar estos problemas en el consultorio y quedarme con aquello que es bueno para mí, que me ayudará en este camino lleno de obstáculos.
Y bien, tal vez algún día escriba no acerca de mis terapias, sino de mi experiencia como terapeuta (sin violar el código ético claro). ¿Te imaginas? Yo, dándole terapia a alguien. Ni yo misma puedo.
En fin, te perdono. Sé feliz.
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