lunes, 19 de enero de 2015

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Hoy me levanté a las 6.00 am, y como sé que mi maestro es el más puntual de mundo (y por cierto se parece demasiado a Sheldon Cooper), tenía pensado tomar camión un poco más temprano para que no se me hiciera tan tarde, pero no pasaba ningún camión, así que llegué como 2 o 3 minutos después de las 7 y sí, ya estaba mi maestro pasando lista. Me gustó mucho su clase, ya conozco como trabaja y sé que es la persona más extraña del mundo, pero sabe demasiado y a veces me da risa solo de ver las caras que pone cuando le contestan algo. Eran como las 8 am y me estaba muriendo de hambre (no había comido desde el día anterior) y para mi mala suerte el maestro nos dejo salir apenas 10 minutos antes de la próxima clase, así que no comí nada.
La siguiente clase fue la mejor del día yo creo, vimos videos de experimentos sociales que me dejaron con la boca abierta y luego la maestra nos dijo que como trabajo final tendremos que hacer uno nosotros. La última vez que hice un video de ese tipo para una clase fue en la prepa y me fue bastante bien, espero que también salga bien esta vez.
Y en la última clase me estaba muriendo de hambre, pero estuvo bien. Me tocó exponer psicoterapia Gestal, que es la que mi psicóloga utilizaba conmigo, así que al menos esa ventaja tengo.
No sé por qué estoy contando todo esto, o tal vez sí. Hoy en la primera clase el maestro nos dijo que si no queríamos olvidar algo deberíamos anotarlo. "Para eso se inventó la escritura, sino cómo recordaríamos las cosas".
Bueno, yo no quiero olvidarme de mis días.
Antes de salir de la escuela pasó algo que me puso triste y después no supe ni qué sentí. Fue como un remolino de emociones y me llegó la misma ansiedad que siento por las noches y me dije "calmate, estás rodeada de gente". Una de mis amigas se dio cuenta muy rápido y me dijo "¿estás bien?", y le dije que sí, pero me acompaño al baño y ahí estuve hasta que se me pasó el sentimiento de que algo dentro de mí iba a explotar. Ataque de ansiedad, pensé, y luego me dije que tenía controlarme, que posiblemente no sería ni la primera ni la última vez que pasaría por eso, y que debía tener una estrategia para que los demás no fueran a darse cuenta.
Tomé el camión que tiene la ruta más larga solo para ponerme a pensar. Y en vez de eso escuché música de Azealia Banks mientras veía niños y niños por doquier. Comí las quesadillas más deliciosas que he preparado (probablemente me supieron tan buenas porque estaba que me moría de hambre). Me dormí, desperté, hice tareas, me bañé, hice más tareas.
Acabo de llegar de la plaza a donde fui a comprar una rebanada de pizza. "estás bien" me repetí, y luego llegó. Se instaló en mí, y no me deja estar en paz. Cuando hay mucha gente no dejo de sentir esto.
Pasé por la iglesia de camino a casa, sólo pasé no entré, y vi que había muchísima gente y me dije que daría lo que fuera por encontrar la paz, no me importaría que fuera en una iglesia.
Probablemente ahorita escuche música otra vez, o lea algún blog. Después a dormir. Estoy esperando pero ya aprendí a no esperar nada, a fin de cuentas...
Es mejor no esperar nada de nadie.

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