Así que el día de hoy vinieron mis papás para llevarme a tramitar mi seguro social, ya que lo voy a necesitar. Duramos demasiado tiempo esperando a que llegara mi turno (como 3 horas) y justo cuando ya al fin era la hora, resultó que el sistema no servía y blah blah. Tendré que ir de nuevo el martes y a ver qué pasa. Me urge que me den de alta sino no podré hacer mi servicio social.
Lo que me lleva a pensar que estoy entrando en un lento proceso de desarrollo de pánico, más que nada porque tengo 2 materias que requieren que haga prácticas en instituciones afuera de la escuela, tengo que aprender lenguaje de señas y braile, tengo que dar 3 clases en una primaria, y la cereza de mi pastel es que voy a empezar a hacer mi servicio el próximo mes. No sé si logre sobrevivir a este semestre, no quiero reprobar materias, no quiero abandonar ninguna. Yo me metí en esto y ya veré la manera de que el tiempo se alargue o hacer que funcione, por ahora, no dejo de pensar en que no quiero que los días se pasen tan rápido.
En asuntos totalmente opuestos, que nada que ver con lo anterior. Hoy que vi a mis papás me sentí muy bien, se arreglaron algunos problemas que tenía en mi casa de estudiante, todo volvió a la normalidad y pude prepararme al fin el sandwich más delicioso que he hecho hasta hoy (pollo, espinaca, aguacate y jitomate).
Mi mamá me contó que ayer fueron a una fiesta a casa de los parientes del marido de una de mis tías, y que la cosa se puso un poquito fea. El marido de mi tía es un borracho, simple. Antes tenía otro marido que era un bueno para nada que no trabajaba, este nuevo marido que se consiguió si trabaja pero prácticamente se acaba el dinero en cerveza. En resumen; mi tía tiene un pésimo gusto para los hombres. Bueno, ayer la cosa se puso fea porque la fiesta era como a 30 minutos de donde viven mis papás y mi tía, y ya eran las 11 de la noche y no se querían ir, porque claro, el marido quería seguir embriagándose. Mi tía tiene una hija de 10 años que también fue a la fiesta y que al día siguiente (hoy) tenía que ir a la escuela, y en vez de decir "bueno creo que es suficiente, mañana mi hija tiene que levantarse temprano y yo tengo que trabajar", prefirió mandar a su hija con mis papás de regreso a casa y ella quedarse con su marido a seguir la "fiesta". El resultado de esto es que todo el mundo está enojado con mi tía, porque hoy ya eran casi las 4 pm y aún no llegaba de la dichosa pachanga, faltó a su trabajo y prácticamente la pueden correr y entonces, ¿quién se hará cargo de sus gastos? pues claro, mi abuela.
A mi me da mucho coraje todo este asunto, me molesta demasiado que haya mujeres que prefieran a sus maridos antes que a sus propios hijos, ¡Es TU HIJO!, deberías pensar en él antes que en el idiota que se gasta tu dinero en estupideces y que de vez en cuando se escapa de la casa a ver a su otra mujer. Pero bueno, las consecuencias de nuestros actos siempre son mayores y más poderosas que nosotros y siempre encuentran la manera de alcanzarnos. No sé cuál fue el final de la historia de mi tía, no sé si hoy llegó a su casa o si sigue la fiesta hasta este momento.
Solo puedo pensar que las estupideces que cometemos a veces nos superan y por mucho.
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