jueves, 2 de enero de 2020

2019: el recuento

2019 se acabó y aunque no quería sentarme a escribir un resumen de qué fue lo que pasó durante estos casi 365 días, me estoy obligando a hacerlo, y para eso voy a tener que dividir el año en dos partes.

Primer acto: la subida

La primera parte del año como siempre soy yo en un montón de fiestas, intentando descifrar cuál sería mi siguiente movimiento, con el corazón medio adolorido -como siempre.
Perdí el trabajo que me daba seguridad económica total y con eso llegó estrés, pensar en que mis planes de irme en el verano se verían seriamente afectados. Pero una puerta se cerró y se abrió otra, una que jamás me imaginé y ahora amo con todo mi corazón: La Thrift Shop.

 

Fuimos a GDL a comprar un montón de cosas que creímos que iban a funcionar, luego a Vallarta, a Valle Dorado y finalmente la Thrift Shop estaba lista para abrir sus puertas al público, ha sido lo mejor del año sin dudas, soy muy feliz trabajando en un lugar que es mágico y del que ¡soy dueña!
Y mientras todo esto de la nueva tienda estaba pasando, yo estaba saliendo con un chico -un chico que al principio parecía increíble y bueno y que poco a poco se estaba convirtiendo en el monstruo que destruiría muchas cosas.

En abril fui a un viaje a Cuba con 3 amigos.


Este viaje no fue absolutamente nada de lo que yo hubiera querido: no fue planeado, mi mejor amigo llegó un día con los boletos en la mano y no tuve opción más que agradecer, empacar mis maletas e irme, y por supuesto que eso no le agradó al tipo con el que estaba saliendo. Terminé llorando bastante todo el viaje y fue hasta el final que dije, fuck it!, me voy a divertir y así fue. Cuando regresamos estaba totalmente decidida a dejar al tipo, pero algo en mí de nuevo estaba mal y terminé por perdonarlo, lo que fue un total error.


Pero finalmente con ayuda de mis maravillosos amigos, logré superar el dolor y cuando finalmente aquella relación tormentosa acabó, pude volver a ser yo. (Lo que no fue para nada fácil después de pasar por una relación de abusos psicológicos, pero se puede, sin dudas).


Mi sobrina hermosa cumplió un año de edad y yo me pinté el pelo en mi total y tormentosa obsesión de querer ser rubia (que se fue después de un mes)


Hice un viaje junto a mis papás, dos de sus amigos y mi mejor amigo a Mazamitla, un lugar bastante popular y cercano pero al que no había ido. 


Unas semanas después fui junto con mi familia a Punta Perula, otro lugar bastante famosillo y cercano al que no había tenido la oportunidad de ir.

 

Después, de nuevo junto a mi familia visitamos mi lugar favorito del mundo: GDL, para después pasar a Tequila, emborracharnos con Cantaritos y reír sin parar.

Segunda parte: la caída.

Dicen que cuando vuelas lo suficientemente alto con alas falsas, lo único que puede pasar es que caigas, y yo caí de bastante alto.


Mis vacaciones de 3 partes empezaron conmigo visitando a mi mejor amiga en Guadalajara, pasé unos cuantos días con ella y me divertí bastante.
Y luego, para la segunda parte, me fui a Canadá.


Fui la persona más feliz del mundo, sin duda alguna, esta fue mi primera vez viajando sola, por completo y aventurarme a lo desconocido fue lo mejor que pude haber hecho. Conocí al ser más increíble del mundo -que luego me rompería el corazón, pero ya llegaremos a eso.


En Montreal vi a una de mis cantantes favoritas en primera fila: Marina. Lloré, canté, bailé, brinqué y me emocioné demasiado, fue lo mejor.


Y mis vacaciones se acabaron conmigo pasando una semana en Puerto Vallarta, me sentía como una turista más y me divertí bastante, hasta que tuve que volver a mi vida normal y volver a trabajar.


¡Volví a bailar!, 6 años después y no saben lo increíblemente feliz que estaba. Fue increíble y emocionante y mis nervios se podían casi tocar.


Otro viaje, esta vez a Monterrey para un festival de música y conocí el famosísimo cerro de la silla.



Vi a mi banda favorita por segunda vez, les escribí unos días antes por Instagram pidiéndoles que por favor tocaran Summer Days y cuando lo hicieron ¡me morí de emoción!, al final del show me fui a esperar pacientemente para volver a verlos y tomarme la foto, los amo. Después vi a Vampire Weekend y me enamoré aún más.


Para mi cumpleaños número 26 volví a Canadá donde por primera vez vi la nieve, casi lloro de emoción, fueron unos días muy lindos y que voy a recordar por siempre.


Fui -una vez más- a GDL para la feria del libro donde sorprendentemente solo compré dos libros de poesía.


Uno de mis amigos de la infancia se casó y nos invitó a su boda, lloré mucho -como siempre, y bailé demasiado.



Y así llegamos al último día del año. Se supone que terminaría el año junto al chico que conocí en Canadá, prometió venir a visitarme y al final, por azares del destino todo se terminó y no lo vi más (ni creo volver a verlo). Me puse muy mal en año nuevo. Estaba tan ebria que incluso mi mamá me regañó e hice cosas de las que me arrepiento. Pero bueno, el año se acabó y yo aquí sigo. De verdad quiero que este año sea diferente. Voy a enfocarme en el Love Club, quiero entrar a la escuela y empezar a hacer guión, voy a certificarme en inglés en 2 semanas y con eso sé que muchas puertas más se abrirán. 2020: ven, estoy lista para lo que traigas.

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