miércoles, 8 de enero de 2020

The Love Club: Tefi parte 1


Cuando Tefi era apenas una niña, tenía miedo de las lagartijas, especialmente tenía miedo de las pequeñas que andaban por las paredes de su casa, por eso a veces tenía miedo de dormir sola. En algunas ocasiones el miedo era tan grande que se iba al cuarto de sus mamá y le pedía que la dejara dormir con ella, la mayoría de las veces le decía que no, porque seguramente no la dejaría dormir.
Cuando cumplió 12 años y tuvo su periodo por primera vez, no se asustó, pues ya sabía qué algún día pasaría, solo se limpió la sangre, y se fue a su cuarto a continuar viendo la televisión. Horas después, su mamá le dijo: "ven", le dio una toalla femenina y se fue. Tefi no tenía ni la menor idea de cómo usarla, pero aún así se metió al baño.
Tefi esperaba que en algún momento le dieran "la plática" acerca de la sexualidad, acerca de cómo cuidar su cuerpo y su corazón, pero eso jamás pasó. Cuando de repente salían a la conversación aquellos temas su mamá solo decía, "espero que uses condón". Tefi esperaba tener a quién decirle todo acerca de los chicos, pero ella jamás mostró el menor interés, y cuando tuvo su primer novio lo único que recibió fueron regaños. Tefi esperaba amor y protección, y en vez de eso recibió silencio, rechazo, una barrera que sentía impenetrable. Tefi no se dio cuenta de esto hasta muchos años después.

Cuando cumplió 23 años comenzó a ir con una terapeuta que le cambiaría la vida por completo. Se dio cuenta de que la relación con su mamá había definido demasiado la manera en que buscaba el amor sin parar.
-No sé cómo evitarlo -le decía a su terapeuta - he repetido el mismo error una y otra vez. No puedo estar sola, necesito a un hombre.
-¿De verdad lo necesitas?, ¿o solo necesitas amor?, un amor que quizá ya lo tienes pero hasta ahora no has practicado el demostrártelo. He visto lo feliz que puedes ser, cada que conoces a alguien te llena el corazón de emoción y pones todas tus expectativas en él: tiene que ser el indicado, tiene que serlo a toda costa, y cuando las cosas no funcionan, pasas al siguiente.

Tefi tenía miedo. Estaba en camino a la que sería su última sesión terapéutico cuando Adam le envió un mensaje: "boletos. listos.", ella sonrío pero también quería llorar. Iba a dejarlo todo, y casi podía oler el fracaso a la vuelta de la esquina. Hacía eso siempre: imaginar los peores escenarios, prepararse para lo peor solo por si acaso. Quería que las cosas fueran diferentes, quería que todo funcionara con Adam.
-¿Estás segura? -le preguntaban todos una y otra vez. Todos excepto su mamá, cuando se lo dijo a ella un domingo por la tarde en casa de su abuelo, ella solo le dio una mirada de decepción. Tefi quería gritarle: "¡Dime de una vez qué es lo que esperas de mí, nada de lo que hago jamás es suficiente!", pero en vez de eso se levantó por un vaso de agua.
Adam parecía bueno, y si estaba listo para cometer una locura de amor, quería decir que era él, el chico por el que estuvo esperando por tanto tiempo.
Cuando tuvo su maleta en una mano y la mano de Adam sosteniendo la otra, lanzó un suspiró y una pequeña sonrisa se asomó por sus labios.
-¿Estás bien? -le preguntó él. Y ella no respondió pero le dio un beso. No sabía si estaba bien o si estaba lista, pero aún así, cometer locuras por amor era lo que ella hacía.

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