domingo, 13 de octubre de 2024

Suficiente

 Ya no quiero hacer cosas en contra de lo que soy: estoy cansada.

Esta es la cosa: muchas chicas ya han hablado de este tema, lo sé, estoy consciente, hay muchas canciones, películas, series, etc hablando sobre esto, pero cuesta trabajo no ir en contra de una misma, y a la vez, sentirse cómoda con lo que una es. 
Controversial, lo sé, uff, ser mujer es un show de televisión en sí, uno que es bueno a veces pero luego quieres saltarte varios capítulos porque la protagonista está llorando otra vez sin razón aparente. 

Crecemos con la idea de que tenemos que buscar ser la mujer perfecta para encontrar un hombre. Así, desde el principio es "amm, no, no te confundas, no tienes que ser perfecta para ti -lo que sea que eso signifique- tienes que ser perfecta para los demás, especificamente para los machos", porque a final de cuentas, claro que queremos ser amadas y aceptadas y ¿cómo vamos a hacerlo sino nos vemos como las demás se ven?

Eso quiere decir
-no tener pelos
-tener el pelo controlado, ni un poquito de frizz por favor
-no tener bigote
-estar delgada pero no tan delgada, pero no caer en la categoría de "gorda"
-tener un buen culo y unas buenas bubis
-medir más de 1.70
-ser rubia, y si no naciste rubia natural pues pintate el pelo mija
-tener el tono de piel tan claro como una barbie o como las protagonistas de las novelas mexicanas que por alguna extraña razón son todas güeras.

Y, ¿qué voy a hacer si soy todo lo contrario a esto?
Soy chaparra, mido 1.55, soy más peluda que muchos hombres que conozco, tengo el pelo extremadamente grueso y negro, que se alborota al más mínimo movimiento, sudo como puerco, en serio, sudo hasta cuando hace frío, a veces me huele mucho la axila y me huelen los pies, sino me depilo diario me salen tantos pelos que me hacen desesperarme, tengo la piel morena y aún me salen espinillas aunque me lavo la cara a diario, no voy a tener el vientre plano nunca, etc, etc.

Quise ser rubia por mucho tiempo, hasta lo intenté y de verdad me veía ridícula. Me depilé completamente con cera y fue doloroso, me hice la manicura y pedicura por años, me planché el pelo a diario, me puse cremas para blanquearme la piel, hice ejercicios para aplanar el abdomen, me vi en el espejo y me odié, quería quebrarlo y que de él saliera otra Janeth: la Janeth que no es imperfecta.

Hasta que fue suficiente.
No sé si son los 30s haciendo finalmente su -efecto- pero me siento mejor que nunca. Y decidí que ya no voy a hacer cosas en contra de mí misma: no me voy a pintar el pelo y voy a tratar de domarlo, mi pelo negro me gusta y a veces no me queda más que hacerme una coleta y darme por vencida contra el frizz, no me voy a depilar a diario, me voy a depilar cuando se me pegue la gana y sienta que ya es tiempo, eso lo decido yo, y no la gente que me ve en bikini y me dice "cómo que ya te hace falta depilarte", no voy a gastar y gastar cada semana tratando de "arreglarme", ¡porque no hay nada que arreglar!
Me veo en el espejo y sonrío porque la Janeth que está ahí viéndome ha entendido al fin:
Que se jodan todos si no les gusto, mientras yo me guste voy a estar bien.

sábado, 12 de octubre de 2024

tú y yo

Todo era blanco y negro, pero logré descifrarlo
no conté las horas ni los segundos, pero sé que me tomó bastante tiempo.
Todo el mundo me decía que estaba equivocada
y de repente pasé de la equivocación a la razón.
Tantos silecios y tantos sonidos al mismo tiempo,
y me pregunto si ellos algún día se abrazarán tan fuertemente cómo lo hacemos nosotros,
o si en cambio, son opuestos porque no pueden dejar de pelear.

A veces arriba y a veces abajo, como una montaña rusa,
pero en ningún lugar podíamos ver nuestros errores.
Déjamos de jugar, nos encontramos en el punto medio,
en el lugar donde las cosas se arreglan.

Estábamos tratando con mucha fuerza no ser cómo los demás:
como nuestros padres, como sus errores antes de tenernos,
como las parejas que se van a la cama sin hablar.
Resulta que tenemos en nosotros muchas cosas de los demás,
que no podemos escapar.

Pero sí podemos decidir cómo seguir adelante. 
Todo era blanco y negro hasta que logré descifrarlo:
tenemos muchas cosas en contra, a veces pareciera imposible.
Y estoy segura de que entre los demás y nosotros, en ese espacio que nos separa
es donde están las respuestas.

viernes, 11 de octubre de 2024

A quien corresponda

Sé que debió haber sido difícil para ti cómo le fue para mí, separarnos por tanto tiempo. Nunca pensé que una relación nos separaría, recuerdas cuando soñabamos que un día tendríamos nuestras casas tan cerca de la otra, que seríamos vecinos y nuestros esposos serían también mejores amigos. Éramos ingenuos; pensando que podíamos tenernos y tenerlo todo a la vez. 

Sé que perderte fue como perder una parte gigante de mí; me sentía incompleta, como si un gran vacio se hubiera formado en mi interior, verte por la calle y saludarnos como dos extraños, como dos personas que apenas y se conocieron, cuando solíamos compartirlo todo.

Sé que nadie nunca entenderá cómo fue que crecimos juntos, siendo una pareja tan extraña: un par de locos con pelucas un viernes por la noche grabando videos y bailando al ritmo de canciones de Rihanna. Sé que todos pensaban que cosas raras pasaban entre nosotros cuando cerrabamos las puertas, y sé que los dos nos seguiremos riendo de todos los rumores que hubo por aquí y por allá.

En realidad, sé que jamás podré tener una amistad como la que tuvimos. Nadie nunca podrá igualar el amor que sentí por ti, las risas, las lágrimas, los secretos y todas los chistes internos.
A veces tienes que dejar ir a las personas para poder crecer, y a mi me costó muchísimo soltarte. Pero sé que tenía que hacerlo si quería avanzar, si quería convertirme en la mujer que siempre quise ser, dejar mi etapa de party girl atrás para entrar a la adultez.

Sé que a ti te da mucho miedo hacerlo, que te cuesta el compromiso y le huyes a toda costa, pero sé que te llegará la hora, a todos nos pasa.

Sé que nuestros respectivos orgullos son grandes, y que tuvimos que inventarnos historias para justificar por qué nuestra relación cambió. Pero me da mucho, muchísimo gusto que poco a poco, volvamos a estar en la vida del otro; no será fácil, porque ir de mejores amigos por siempre a -no te hablo por tres años - a amigos de nuevo no es una ruta fácil, pero sí confío en que podamos darnos un espacio en nuestras vidas, quizá no cómo antes, pero de alguna manera, lo lograremos...

viernes, 4 de octubre de 2024

Cosas que me preocupan

 -no tener dinero suficiente
-que mi carro se descomponga en medio de la carretera y que no haya señal
-morir en un accidente de auto
-no tener dinero suficiente para ahorrar y así comprar una casa/terreno algún día
-que mis negocios fracasen
-que el gobierno cierre mis negocios
-enfermarme de algo raro que no tenga cura
-que mi novio se enferme de algo raro que no tenga cura
-que el internet se vaya a la mierda y mis ahorros del banco también
-no tener motivación para escribir
-llorar sin razón aparente
-que me aparezca un animal extraño mientras me estoy bañando
-que tiembre o haya un desastre natural mientras duermo sin ropa
-que mis renteros se mueran
-que mis papás se enfermen de cosas raras
-que mi sobrina se vuelva transexual
-no entenderle a la tecnología cuando me vuelva vieja
-correr sin dolor
-poder correr 21 kilómetros sin parar
-bailar y no poder parar
-cantar y que se me salga un gallito delante de la gente
-nadar y que de repente ya no pueda flotar
-caminar y tropezar e irme de hocico
-no traer paraguas cuando empiece a llover mucho
-que se me revienten las sandalias por pisar popó/un chicle
-caerme por estar caminando y mirando mi celular y que alguien me grabe
-decir algo estúpido y que alguien me grabe y lo suba al internet
-no intentarlo

jueves, 3 de octubre de 2024

El regreso de la Mujer Salvaje

 Un buen día, en lo alto de un acantilado una mujer cerró los ojos y se lanzó al vacío. Lo que no sabía, es que el viento la tomaría en sus brazos y la llevaría a recorrer lo alto de los cielos, ella sintió el frío abrazo de las nubes, pero se negó a abrir los ojos. Estaba buscando un escape, dejarse llevar, olvidar las voces que escuchaba por las noches que no paraban de repetir "¿qué estás haciendo con tu vida?, ¿a dónde vas a parar?"
El viento la arropó como pudo, pero un día la arrojó al océano y ahí una ola la atrapó, y aún con los ojos cerrados, la mujer dejó que un montón de lágrimas salieran, se mezclaron con el agua salada del mar y formaron pequeños remolinos donde los peces bailaron. La mujer se dejó mecer día y noche por la ola, los peces le llevaban comida, los pájaron le hablaban sin parar, pero ella seguía sin reaccionar, sin decir palabras o abrir los ojos. 
Un día la historia de la mujer llegó hasta una vieja tortuga que decidió ir a su encuentro:
-¿Qué estás haciendo aquí, tan lejos de casa? Abre los ojos mujer, que en ellos está tu fuerza, deja que sople en ellos el viento y te regrese a casa.
Después de no haber pronunciado palabras en mucho tiempo, la mujer finalmente hablo:
-No tengo a dónde ir, no tengo por quién vivir, solo quería desaparecer, pero el viento y las olas se empeñan de no dejarme morir.
-Aún no es tiempo de que te vayas -respondió la tortuga, que con un suave soplo hizo que los ojos de la mujer se abrieran.

La mujer autómaticamente reconoció en esa vieja tortuga el espiritú de alguien más.
-¿Quién eres? -le preguntó -¿por qué has venido a mi encuentro?
-No eres la primera mujer que se pierde y termina en medio del océano, tienes que regresar a casa, yo me haré cargo de que vuelvas a salvo, pero antes, tienes que ir conmigo al fondo del mar y ahí encontrarás aquello que te hacía falta.

La mujer tomó a la tortuga en sus brazos y ésta la llevó a recorrer las profundidades del mar, por primera vez la mujer sintió una emoción inexplicable en su pecho: quería gritar, quería bailar con los peces.
-Ve a bailar -le dijo la tortuga. 
Y la mujer, danzó y movió su cuerpo sin parar, los peces la rodearon formando un remolino enorme. Cuando al fin la mujer se cansó, los peces también dejaron de moverse y ahí, en medio de las profundidades marinas, la mujer vió a otra mujer delante de ella.
No podía creerlo, era idéntica a ella. Observó a la mujer por un buen rato hasta que ambas se unieron en un abrazo. 
-Te extrañé - le dijo la otra mujer - me abandonaste hace tanto tiempo que no sabía que hacer conmigo, tuve que refugiarme aquí en el océano con la esperaza de que un día vinieras a buscarme.
-¿Quién eres?
-Soy la mujer salvaje que vivía en ti y dejaste ir con la esperanza de que la domesticación te trajera lo que tanto anhelabas. Lo que no sabías, es que solo estando juntas podremos ser una sola, podremos estar al fin en paz.

Entonces la tortuga las tomó a ambas de la mano y las llevó a la superficie. La mujer finalmente pudo volver a casa: estaba completa, había recuperado a su otra mitad. Regresó al acantilado donde días antes había cerrado los ojos y le dio gracias al viento, al mar y a la tortuga.