Ayer en la tarde fui a visitar a una de mis mejores amigas, estuvimos un rato contándonos qué había pasado en el último mes y después decidimos ir por un coco y una nieve, regresamos a su casa y la plática real comenzó. Tan cliché como puede ser que dos mujeres hablen acerca de chicos, eso fue lo que hicimos.
Y en algún punto, sentí que estaba teniendo una conversación con mi yo de 17 años, porque esa es su edad.
Ella me estaba contando acerca de un chico que le gusta desde hace tiempo, pero que le ha dicho en varias ocasiones que tiene novia, pero aún así, se la pasa llamándola e invitándola a salir, incluso se supone que vendrá a verla el próximo domingo.
"Es que no sé, ¿qué hago?" dijo, "¿Qué quieres hacer?" contesté, "tienes qué pensar qué papel quieres tener en esta historia y tener en claro a lo que te estás arriesgando. Yo conozco muy bien el papel de la amante, pero créeme, no es bonito interpretarlo"
"Pero si le digo que quiero aclarar las cosas, quizá me deje de hablar", era el argumento que más usaba.
"Y bueno, si te deja de hablar, ¿qué pierdes?" y con esa pregunta se quedó pensativa, como diciendo tienes razón pero no quiero aceptarlo. "ya sé qué da miedo pensar que no te va a volver a hablar, pero, si te sigue hablando, ¿para qué?, a fin de cuentas ya te dejó claro que tiene novia, ¿no te parece mejor tener las cosas claras desde el principio?, en vez de estarte haciendo ideas y no saber realmente en qué posición estás"
"Me estás terapeando", río.
"Te digo todo esto porque siempre he dicho que me recuerdas mucho a mí, aunque ya no soy como tú, solía serlo", de verdad me veo mucho en ella; inocente, muy ingenua pero en el fondo nada tonta, "no quiero que pases por las mismas cosas que yo, por eso te estoy diciendo que es mejor que desde ahora aprendas que es mejor tener las cosas en claro, sobre todo si se trata de los chicos, no importa lo que piensen de ti, ¿qué pueden decir?, ¿qué sabes lo que quieres?, es mejor eso a que te utilicen"
"Dicen que se aprende a la mala" replicó.
"Bueno, también puedes hacer eso, puedes esperar a que venga, puedes besarlo y después llorar porque el tipo no va a dejar a su novia por ti. Pero, no llores demasiado, porque a fin de cuentas, tú decidiste ponerte en esa situación. Ya no tienes excusa, tú decides qué papel quieres tomar"
Y con esas palabras, me fui, porque se había hecho bastante tarde y tenía una cena a la que asistir. Pero me fui con una sensación de tranquilidad increíble. No sé si me vaya a hacer caso, no tengo el poder de meterme en su mente y controlarla, pero si logré hacer alguna diferencia, estaré feliz.
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Día 3. Una canción que te recuerde al verano: Summertime Sadness - Lana Del Rey
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