Karla, de 19 años, ha sido parte del club desde muy
temprana edad (Tefi y Mauricio empezaron el Club a los 18, cuando Karla apenas
tenía 14), y desde entonces ha estado entrando y saliendo. Recientemente
comenzó una relación con un chico menor que ella, y del cual Jen estaba
enamorada. Esto hizo que Karla y Jen (que no eran tan unidas), se distanciaran
aún más.
Karla le unió más al Club cuando su antiguo novio la
engañó, y desde entonces, Tefi y Mauricio se convirtieron en sus confidentes.
Hubo un tiempo en que eran inseparables y cada sábado iban al bar más conocido
a bailar y beber.
Un día, mientras estaban comiendo, Mauricio comentó,
bromeando:
-Karla, creo que Tefi y yo encontramos al chico perfecto
para ti –los tres intercambiaron miradas, Tefi y Mauricio rieron, creyendo que
no los tomaría en serio, pero para su sorpresa, Karla respondió:
-¿Quién?
Y a partir de ahí Tefi y Mauricio siguieron con la broma,
le pasaron el número del chico y la incitaron a salir con él, hasta que una
tarde, se dieron cuenta de que su broma había ido muy lejos, no pasó ni una
semana y Karla y el chico ya estaban saliendo, y cuando menos lo esperaron,
dieron la noticia:
-¡Somos novios! –comentaba Karla a todos los miembros del
Club.
Mauricio en especial sentía demasiada culpa. A Tefi, en
el fondo aquella situación le divertía muchísimo.
-No van a durar –mencionaba Mauricio a cualquier
oportunidad. –Solo hay que mirarlos para ver que son completamente diferentes,
no encajan.
Y Tefi solo sonreía, no era la primera vez que había
jugado a ser cupido, aquello le encantaba, pero cuando alguien quería meterse
en su inexistente vida amorosa, siempre se quejaba, y al final decía:
-Conmigo ni lo intenten, ¡no quiero novios!
-A este paso, creo que muy pronto seremos los únicos
solteros del club –dijo Mauricio una tarde.
Y Tefi se encogió al instante, sintiendo por primera vez
un nudo en la garganta.
“Quizá habrá que hacer algo al respecto”, pensó ella.
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