viernes, 7 de julio de 2017

El deseo

Había una vez una niña a la que le enseñaron que los deseos se hacían realidad si se los pedías al sol justo antes de meterse al mar.
Incapaz de ver una puesta de sol, ya que vivía en la ciudad, se sentía frustrada e incapaz, ya que desde el momento en que aprendió aquella lección, se sintió lista para ir a pedir su deseo.
Le pidió a sus padres una y otra vez que la llevaran a la costa, para poder ver el mar, pero ellos no podían, no ganaban lo suficiente o nunca tenían tiempo, "siempre tienen una excusa" les decía la niña, que se cruzaba de brazos y se enfurruñaba hasta que poco a poco regresaba a la normalidad.
Cuando cumplió 10 años su abuela le dijo: "te diré algo" y sonrió "como te has portado tan bien, te llevaré al lugar que tanto anhelas ir: al mar", y la niña ni siquiera tuvo tiempo de procesar aquello, sino que inmediatamente corrió a su cuarto, empacó un cambio de ropa y regresó a tomar la mano de su abuela "vámonos" dijo.

Una vez en la costa, su abuela le dijo "Bien, ya estamos aquí, ¿qué es lo que quiere hacer?", "ver la puesta de sol", así que pasaron todo el día en la playa, jugando con la arena, recogiendo unas cuantas conchitas y bebiendo gaseosas, hasta que a las 8 pm, la niña se sentó en donde creyó que era el mejor lugar para apreciar al sol metiéndose y lloró de felicidad, los demás solo la veían raro.
"¿Sabes qué deseo vas a pedir?" repetía una y otra vez su abuela, "claro que sí"
A las 8:54 pm el sol estaba a punto de meterse, la niña cerró los ojos y pidió su deseo con todas las fuerzas que encontró dentro de ella, después, abrazó a su abuela y al oído le dijo "gracias."

Al día siguiente nada pareció haber cambiado a los ojos de la abuela, su nieta estaba ahí y ambas estaban listas para tener un día de diversión en la playa.
Al segundo día de haber pedido el deseo las cosas extrañas comenzaron a suceder. "¿Cómo fue que creciste tan rápido?" le preguntó la abuela, y la niña no sabía como contestar, había cosas aún más horribles sucediendo a su cuerpo, le dijo "abuela, algo me está pasando, no sé cómo explicarlo pero mira" y señaló su entrepierna, donde una mancha de sangre se asomaba levemente.
Regresaron a la ciudad sin dar crédito a lo que sucedía, la niña, que había llegado a la playa con tan solo 10 años, regresaba a casa, solo 3 días después, convertida en toda una señorita de pies a cabeza, no solo el cabello le había crecido increíblemente rápido, sino que también había aumentado su estatura, su complexión, su voz, sus pensamientos, toda ella era una verdadera adolescente.

"¿Cómo es esto posible doctor?", preguntaba la niña al doctor, 4 días después y aún más cambiada, "estoy cambiando día con día, no me lo puedo explicar, ni yo ni nadie", "ven mañana" replicó el doctor, que se quedó boquiabierto cuando la niña volvió a aparecerse en su consultorio aún más cambiada.
Le hicieron un montón de estudios que nadie sabía con exactitud cómo examinar o explicar "al parecer" dijo el doctor, "estás envejeciendo extremadamente rápido, lo que equivale a un día para nosotros, para ti es un año", "¿qué quiere decir?" fue todo lo que pudo decir la niña, "quiere decir" dijo suave y despacio, "que según los estudios el día de hoy tienes unos 20 años aproximadamente, y para la próxima semana habrás cumplido 27 años"

Y fue entonces que todo tuvo sentido para la niña-mujer, recordó el viaje a la playa, que ahora parecía una eternidad atrás.
Veía a su abuela diciendo "¿Sabes qué deseo vas a pedir?" y a ella contestando "sí", con seguridad, y cuando el sol se metió, en su cabeza las únicas palabras que sonaban eran: "quiero que mi cumpleaños sea todos los días, quiero que mi cumpleaños sea todos los días, quiero que..."




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