jueves, 23 de septiembre de 2021

ghost town

Sally se despertó un día sin reconocer dónde se encontraba. Se asustó mucho, todo parecía bastante normal, excepto que ella podía notar que no era así: las paredes de su cuarto parecían más oscuras, sus cobijas, ahora eran blancas, y si bien su memoria le fallaba de repente, ella sabía que debían ser rojas. 
Estiró las manos y casi lanzó un grito, pero se alcanzó a tapar la boca y solamente se escuchó un chillido parecido a un animal siendo pisado de repente. Lentamente se quitó las manos de la boca y las observó: blancas, casi transparentes. 
Se levantó de la cama y fue corriendo al baño, encendió la luz y sí, justo como lo había pensado: el reflejo le regresaba la imagen de una chica igual a ella, pero completamente pálida, blanca como la nieve y su cabello, antes rojo como la sangre, ahora también estaba pálido, casi rosa, sin chiste ni color.
"¿Qué rayos está pasando?" 
Se vio por primera vez, vestida con una túnica blanca, descalza. ¿Dónde estaba?, sabía que era su cuarto, pero también sabía que realmente no lo era. Buscó señales de que aquello fuera solamente un sueño, pero cuando se pellizcó la mejilla izquierda, sintió un pinchazo doloroso, y cuando golpeó el dedo chiquito del pie en la esquina de la cama, saltó del dolor. 
"Esto no es un sueño" murmuró, "pero entonces, ¿qué pasa?"
Buscó su celular por todo su cuarto pero no lo encontró cargando, ni debajo de la almohada, ni en la mesita de al lado, ni debajo de la cama. Nada. Salió de la habitación con miedo de encontrar algo aún más extraño, pero en vez de eso, solo vio su casa vacía, tocó la puerta de la habitación de su hermana Oddette, pero nadie respondió. No sabía qué hora era pero sabía que no podía ser tan tarde. 
"Tengo que encontrar respuestas en algún lado"
Pero nada, por más que buscó, su hermana no estaba en la casa, y sin su celular, no tenía manera de contactar a nadie. Sabía que solamente quedaba una opción: salir a la calle. Pero quería evitarlo a toda costa.
Regresó a su cuarto y rápidamente buscó ropa, y para su sorpresa, su clóset estaba vacío así como su canasta de ropa sucia.
"bueno, todo el mundo me verá raro de cualquier manera, no creo que salir con una bata blanca y descalza haga la diferencia"
Salió de nuevo a la sala, y abrió lentamente la puerta principal. Lo que vio la dejó sin aliento, con la boca abierta de par en par: todo el mundo lucía exactamente como ella: todos pálidos, las mujeres con vestidos blancos, los hombres con túnicas. 
Una chica se le acercó al verla tan sorprendida.
-¿Nueva?
Sally la miró y ninguna palabra salió de su boca, a pesar de que estaba llena de dudas.
-Tranquila, te acostumbrarás pronto -le aseguró la chica.
-¿Dónde estamos?
La chica no dijo nada, pero señaló un gran letrero a unos 10 metros, en él se leía: GHOST TOWN, y en letras más pequeñas Población: 10 mil y contando.

-
Continuará...

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