lunes, 12 de agosto de 2019

Loco y estúpido amor

Este es un pensamiento recurrente y bastante simple que viene a mí de vez en cuando, y a pesar de su simpleza, me ha costado bastante entenderlo y aceptarlo, y aún estoy trabajando en ello.

"El amor no es complicado"

Son los factores externos los que nos dicen que hay que hacerlo complicado: son las ideas que hemos ido acumulado a lo largo de la historia, es lo que mis padres me han dicho y las películas y libros me han repetido.

Pero de repente una que otra película no refuerza esta idea (cosa bastante rara, por cierto). Anoche estaba viendo Crazy, Stupid, Love y me di cuenta de que esta es una de esas raras excepciones.


Y aquí está el por qué: el personaje de Ryan Gosling, Jacob, un hombre que continuamente va al bar a ligar con chicas y es todo un experto en ellas, un día conoce a Hanna y se interesa, y por primera vez, es rechazado, para -semanas después- volversela a encontrar después de que botó a su novio y ¡bum!, el momento que estábamos esperando: en el que se van a la cama, pero, oh sorpresa, no pasa nada, Jacob y Hanna simplemente se la pasan hablando toda la madrugada hasta que Jacob se queda dormido. Y listo, es así de simple.
Jacob nunca es malo con Hanna, no la engaña, no la usa, no, él sabe que encontró al amor.
Así de simple.
Y de nuevo con el tema de la simplicidad, ¿no?, ¿por qué queremos volver todo en la vida una complicación?, esta la típica frase que dice que si algo no te costó un gran esfuerzo entonces no vale la pena, yo digo que esa es una gran mentira (y estupidez). A veces las cosas llegan cuando uno esta listo, y es entonces que la complicaciones se hacen a un lado, y la simpleza se instala.
Y eso no significa que algo esté mal.
El amor, como todo lo bonito y bello de esta vida, no es algo que nos tenga que volver neuróticos, la idea que tenemos del amor quizá es lo que nos convierta en monstruos de vez en cuando, pero el amor verdadero...
ese es simple, por más que cueste aceptarlo.

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