viernes, 2 de agosto de 2019

Disfruta tu vida

Las últimas semanas han sido bastante buenas: me he sentido muy feliz y eso es extraño. Le comentaba a mi psicóloga que siempre me pasa que cuando estoy contenta, automáticamente pienso que algo malo pasará.
Pero no ha pasado, al contrario, cosas buenas se han ido adhiriendo a mi piel.
Pasé una semana viviendo en Sayulita, lo que me llenó de tranquilidad y alegría, empecé a leer un libro recomendado por mi psicóloga y ya estoy descubriendo cosas que ni siquiera me imaginaba de mí, voy a comenzar un nuevo trabajo los fines de semanas (que a fin de cuentas a nadie le cae mal un poquito de money), y estoy a punto de irme a Canadá.
La vida es buena.
Después de analizar y pensar y llorar... ya no quiero nada de mi pasado, lo dejo libre y le doy las gracias. Pasé los primeros 6 meses del año mortificada, preguntándome si yo valía la pena y esforzándome por cumplir expectativas que no tenían sentido, y, ¿para qué?
Y justamente hoy estaba leyendo un texto que decía "el pasar de una relación tóxica a una saludable es lo más difícil" y me llegó al alma. Qué difícil pasar de sentir que no vales nada a estar con alguien que te hace sentir que mereces el mundo: el amor y todo lo que conlleva. No puedo aceptarlo, ¿sabes?, aún me cuesta trabajo.
En fin, solo quería escribir este sentimiento en mi pecho, de que la ida es para gozar y no para andar sufriendo. Vamos a estar bien.

No hay comentarios: