Fuimos a la casa del conocido y prendimos palo santo, me sentía como una de estas brujas o gitanas, no supe realmente, pero me sentía bien.
No voy a hablar de lo que les salió a ellos porque pues eso no es mío, pero cuando llegó mi turno hice una pregunta en específico y la respuesta no me gustó en absoluto.
Es de esas veces en las que no te dicen lo que quieres escuchar, sino lo que necesitas y te quedas con una sensación de "ugh"...
Me salió el 3 de espadas.
"ruptura amorosa, sin duda alguien que está sufriendo", y me dije, "¿será que estoy sufriendo sin darme cuenta?", porque según yo estaba bastante bien hasta que esta carta hizo su aparición.
Le conté a mi mejor amigo que aún estando lejos está bastante presente en mi vida.
-¿Y qué pasa?, ¿por qué siempre estás buscando estar con alguien? -me respondió -Estás como un poco obsesionada con encontrar al indicado, ¿no?
No hizo falta contestarle pues tenía toda la razón del mundo.
Y aquí es donde entra la respuesta a la pregunta que la carta me hizo hacerme, ¿estoy sufriendo?
Sí.
Desde hace años, y no logro sacar el valor de mi pecho para enfrentarme a eso que me hace correr en círculos atrás de chicos que ni siquiera son lo que espero.
Mi mamá.
Tengo que sentarme a platicar con mi mamá y decirle, ¿por qué eres de la manera en que eres conmigo?, ¿por qué nunca pudiste demostrarme que me quieres?, ¿acaso sientes rencor contra mí?, ¿vine a este mundo y arruiné tu vida, tu juventud?
Pero no tengo el valor,
aún no puedo decirle todos estos pensamientos que me hacen llorar de vez en cuando, que me hacen buscar una y otra vez el amor en los hombres, ya que no puedo tenerlo de ella.
Algún día tendrá que pasar, tendré que enfrentarme a mi dolor para así ponerle fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario