viernes, 6 de agosto de 2021

Genesis

 Después de 2 meses la pasión se va, solo recuerdos borrosos quedan y las noches que parecían grabadas como tatuajes en la memoria, desaparecen. El tono de voz, los ojos, la lengua, la manera en que reía, todo se olvida con el paso del tiempo y lo intentas, de verdad lo intentas, ves su foto en la computadora, en el celular, y nada, el corazón no reacciona, y piensas en la manera en que solía ser, en las estrellas que vieron juntos y en las risas compartidas, y nunca falla: una lágrima o dos se escapan, y piensas "esto no es justo", conocer a alguien tan maravilloso solo para que termine, y volver a ponerte ahí afuera: ni pensarlo, apesta, el mundo de las citas apesta, hombres por doquier pero nadie como él, hombres en cada esquina pero tu corazón se pone un escudo porque está harto, porque siempre duele como la primera vez, y ya no quiere volver a sufrir. Qué chistoso, ¿no?, de todas las cosas en el mundo que te deberían hacer sufrir, y escoger el amor como una de ellas, ¿por qué?, ¿no debería acaso ser lo único sagrado?, la fuente eterna de felicidad, de paz y la sensación de que todo está bien, todo tiene sentido y luego ya no lo tiene. Porque todo se acaba, como cuando estabas en aquella banca y tenías 17 años y pensabas "estoy enamorada", oh, por dios, el amor se sentía como estar subiendo en una montaña rusa, eso, solo subir y subir, hasta que finalmente tuviste que bajar, y dolió, dolió demasiado. 

¿Cuál es el inicio?, ¿dónde empezó todo?

Con Dios creando a Adam y Eva, por supuesto, ¿no?

Pero, si eres Eva, ¿dónde está Adam?, ¿dónde se ha escondido por 27 años?, o será que está tan en tus narices que no puedes verlo. ¿Dónde aprendiste que el amor es lo más importante en el universo?, ¿de dónde viene la necesidad constante de amar?, y, ¿por qué el amor no puede ir hacia adentro?

En fin, cuando tenías 17 años estabas sentada en una banca con tu entonces novio al que creías amar sobre todas las cosas y entonces el dijo algo como:

-Sabes que esto se va a acabar, ¿no?

Y lo miraste tan confundida, pérdida en absoluto, y luego él continuó:

-Es inevitable, Janeth, un día esto se va a terminar. Con la muerte, con un divorcio, con una separación, está escrito y nada podemos hacer para cambiarlo.

Y esas palabras, wow, se quedaron en tu inconsciente por años y años y pensabas, maldita sea, por qué me hice novia de ese idiota. Pero un día hubieras dado tu vida por él, querías casarte con él, querías que fuera tuyo para siempre. Y es que cada vez es igual, ¿te das cuenta?, a cada hombre que conoces lo idealizas y lo pones en un pedestal y te imaginas el día de su boda, incluso tienes un playlist, y sabes qué canción van a bailar y qué vestido vas a usar.

El mundo no para de decirte que pares. Basta Janeth, basta por favor, pero no puedes, no te es posible, quizá Dios, mientras te creaba, se distrajo un poquito y te dio un corazón más sensible a los demás, quizá eres un error de fábrica que están tratando de borrar ahora mismo, pero no, no lo han logrado. Y sabes qué, está bien. Un día, escribirás acerca de cómo es tu vida con tu familia al lado del hombre que te ama con locura, un día, no será una montaña rusa sino un parque por donde pasear con tranquilidad, un día, bailarás esas canciones y dirás esas palabras y llorarás pero de felicidad.

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