lunes, 29 de mayo de 2017

Promesas

Ahora que me voy,
quería ponerte un ultimátum.
Quería decir algo como:
quiéreme o lárgate.

Pero me di cuenta,
tú te fuiste hace mucho tiempo.
Te llamé solo para decir "vuelve",
dijiste "¿estás bien?" y no contesté.

Ahora que me voy,
quería que supieras cómo han cambiado las cosas,
voy por la calle besando a extraños,
porque quizá uno tenga tu sabor.

"No importa" dices una y otra vez,
crees que te seré fiel,
incluso si me acuesto con un hombre diferente cada noche,
crees que no lograré olvidarte.

Ahora que me voy,
quizá sea hora de hacer las cosas bien.
Despedirnos una última vez,
decir que te odio mientras corro a tus brazos.

Será simple,
será lo que nunca pudimos tener.
Te parecerá que soy más fácil de querer,
porque estaré lejos.

Ahora que me voy,
olvidarás mi voz,
olvidarás las llamadas a media noche,
olvidarás que nunca rompimos, ¿o sí?

Rompiste las promesas que salían de tu boca,
dijiste "te quiero",
hasta el final.
Y luego te fuiste con ella.

Ahora que me voy,
quizá sea el momento de pronunciar la promesa,
la que de verdad importa:
prométeme que no diremos más promesas.

domingo, 28 de mayo de 2017

Lo que aprendí en terapia


1. Todos lidiamos con la pérdida de distintas maneras, no porque no llores significa que no duela.
Fui a terapia casi a principios de año porque mi abuela estaba enferma, y tontamente creí que podría iniciar un proceso terapéutico para prepararme a enfrentar el duelo que aún ni acontecía, sí, así de obsesiva-compulsiva soy. Pero el caso es, que mientras más sesiones pasaban, más me daba cuenta que el dolor es diferente para cada persona, y sé que los que me conocen quizá crean que soy la mujer sin sentimientos, pero descubrí que en mi obsesión por tener el control, no me permito sentir como debería, o simplemente, no me permito sentir. Pero perder a mi abuela ha sido el dolor más grande que he experimentado en 23 años, y el duelo está ahí, aconteciendo, y lo que ha sido normal para mí quizá no sea normal para alguien más, pero eso está bien.

2. No necesito tener una rutina para todo.

Sé que tengo muchas obsesiones que me persiguen, pero saber que puedo vivir una vida espontánea y divertida fue un descubrimiento increíble, y esto viene de una persona que tenía horarios tan meticulosamente planeados, que no me dejaba espacios ni siquiera para un descanso.

3. Mis miedos están ahí, pero ya no me controlan.
La primera vez que me quedé en shock estando en terapia, fue cuando descubrí a mis miedos. Siempre había pensado que el miedo más grande que tenía era el de estar sola, o quedarme sola, pero descubrir que en realidad ese solo era un síntoma, creo que me ayudó demasiado. Una vez que conoces a tus demonios, ya no pueden ocultarse, ya no, ya están a la vista e incluso pueden llegar a agradarte, quién sabe.

4. No puedo cumplir las expectativas de los demás siempre.
Este fue otro momento de shock para mí, quizá el más grande de todos los que hubo, y es el haberme dado cuenta de que toda mi vida, me la había pasado tratando de cumplir expectativas. Que si terminar la escuela, que si ser una persona sana, que si ser todo lo que se supone que seas para que los chicos te quieran... estaba dispuesta a hacer lo que fuera y todo con tal de cumplir lo que yo creía que los demás esperaban de mí.

5. Los chicos solo son chicos, y nada más.
Quizá suene como lo más estúpido y obvio del mundo, pero darme cuenta de que en realidad los chicos son solo eso, me ha quitado un gran peso de encima.

6. La tristeza no es necesaria para escribir.
Por demasiado tiempo tuve la creencia de que necesitaba la tristeza para escribir, me involucraba en un montón de situaciones y todo con tal de sufrir. Pero no, ahora sé que no necesito a la tristeza, los momentos de inspiración llegan de vez en cuando, sobre todo si hay música de por medio.

7. Si te sientes triste, quizá sea hora de cambiar algo.
La tristeza se convirtió en mi lugar cómodo por muchísimo tiempo, yo estaba "a gusto" sabiendo que ella estaba ahí, extendiéndome sus brazos, diciendo "ya me conoces, así que por qué no vienes", pero me di cuenta de que con cosas tan simples, como ir a ver la puesta del sol, como salir a tomar aire fresco, esas cosas pequeñitas hacen que la tristeza se vaya.

8. Tienes que aprender a verte de la manera en que los demás te ven.
Hice un experimento mientras estaba en terapia: le pedí a 10 de mis conocidos más cercanos y queridos que me describieran en una palabra, y el resultado fue gracioso y lindo. Y me di cuenta de que a pesar de que usaron palabras que quizá yo nunca hubiera elegido, todo eso que me dijeron siempre ha estado dentro de mí, es solo cuestión de aprender a creerlo.

9. Puedes ser lo que quieras.
Esto es una bendición, lo más importante que he aprendido en la vida, y es que uno cree que ir a la escuela y obtener un título es todo, que si soy psicóloga no puedo ser nada más, y ¡qué pensamiento tan más equivocado!, he descubierto cosas que jamás imaginé, como el hecho de que también puedo ser buena cocinera y el hecho de que mis sueños no tienen límites, y de mí depende si cumplirlos o no. Soy este árbol que todo este tiempo estuvo creciendo en línea recta, porque así le dijeron que tenía que hacerlo, pero ahora, después de haber ido a terapia, puedo ser el árbol que se extiende, cuyas ramas van a donde quieren, porque sí.

10. No necesitas a un hombre a tu lado, no estás sola, la mejor compañía eres tú.
Repetí una y otra vez las siguientes palabras: "yo estoy sola", y al final, aprendí que no, no lo estoy, simplemente estoy añorando lo que una vez conocí, que estoy separada de mí misma. Pero al final del día, he vuelto a encontrarme conmigo.
Soy feliz de nuevo, me recuperé a mí misma, y esa es una sensación que no se puede explicar con palabras, quizá sí con gratitud. 

viernes, 26 de mayo de 2017

Cerebro vs Corazón: el número

Ayer estaba en la playa con dos de mis mejores amigos y por una cosa u otra terminamos teniendo una conversación que consistió básicamente en esto:
-Bueno, es que si soy honesta solo he estado con tres hombres - dijo mi amiga, casi apenada - y es que, bueno, tú has estado con muchos más - terminó diciendo, refiriéndose a mí.
-¿No te sientes mal? -Preguntó mi otro amigo, también refiriéndose a mí.
Y entonces lo volteé a ver con una de esas miradas llenas de sarcasmo y dije "por supuesto que no". Fin de la historia.

También hace algunos meses, quizá semanas, vi la película llamada Cuál es tu número, donde también hablan acerca de la importancia del número.
Y me pregunto, ¿de verdad es que importa tanto?, y si la respuesta es sí, ¿a quién le importa?
Sí, he estado con muchos chicos, pero a ninguno ha parecido importarle en absoluto, es más, ni siquiera me han preguntado acerca de mi número. Entonces, ¿por qué existe este mito, casi esta realidad que se puede tocar, con respecto a la cantidad adecuada o no adecuada de hombres con los cuales está permitido acostarse?
El número es nuestro, sí, pero la sociedad se empeña en decirnos -pero ojo: solo a las mujeres, que entre menor cantidad, mejor. Porque, ¿qué clase de mujer será aquella que se ha acostado con 36 tipos?, ¿qué clase es la que se ha acostado con 5?
Simplemente somos de esta clase: mujeres, sí, seguimos siendo mujeres sin importar la cantidad. Simple.

No tendría por qué importar, pero lo hace, y hay una frase de Marina and the diamonds que es de mis favoritas, dice así: "si las mujeres fueran reconocidas sexualmente en la religión, entonces no sentiríamos la necesidad de mostrar nuestros traseros para sentirnos libres."
¿A quién rayos se le ocurrió la brillante idea de hacer a María virgen?, ¿por qué?
Otra historia viviríamos si Jesús también hubiera sido reconocido como Virgen Jesús, ¿no?

domingo, 21 de mayo de 2017

Porque temes a las mujeres

Te diré porque le temes a las mujeres poderosas, a las independientes, a esas que pueden insultarte sin abrir la boca, a las que no tienen miedo de ir caminando solas a casa un viernes por la noche.
Les temes porque te hacen sentir intimidado, casi como una confirmación de que no eres lo suficientemente hombre, si es que eso tiene sentido.
Les temes porque no quieres a una mujer que pueda correr en tacones, sin miedo, tú quieres a una niña que apenas y esté aprendiendo a caminar,
Les temes porque ellas comen casi devorando, como un tiburón que tiene que cazar a su presa, y tú quieres a una niña a la que puedas alimentar en la boca.
Les temes porque son libres, porque el viento puede arrebatártelas y ni te vas a dar cuenta, y tú quieres a una niña a la que pueda encadenar como a un perro.
Les temes porque dicen lo que quieren, porque no se callan sus opiniones, y sabes que te dirán todo aquello que no les gusta de ti, y tú quieres a una niña que solo te diga cumplidos.
Les temes porque hacen lo que quieren, cuando quieren y no piden excusas ni permiso, y tú quieres una niña que más que una novia parezca tu hija, y te diga lo que hará a cada momento del día.
Les temes porque caminan con seguridad, sin mirar al suelo. con un rumbo fijo, y tú quieres a una niña a la que puedas vendarle los ojos para que su única opción sea caminar de tu mano.

Te diré por qué les temes a las mujeres sin piedad, a las que usan ropa ajustada y no les importa un carajo lo que la gente piense, a las que escriben poesía hablando de los hombres a los que han amado, a las que cantan canciones diciendo lo poderosas que son, a las que le aúllan a la luna sin miedo a ser juzgadas.
Les temes porque sabes que en sus cuerpos se aloja un poder tan grande, que con solo tocarte, te podrían destruir.
Por eso las insultas, por eso le dices a la gente que ellas no valen la pena, porque hacen lo que quieren, y a fin de cuentas, a ti te enseñaron que eso solo puede hacerlo un hombre,
¿no es así?

jueves, 18 de mayo de 2017

18 lecciones que aprendí de "El principito"

Recientemente mi psicóloga me dejó una tarea que me pareció increíblemente perfecta y que quiero compartir. Me dijo "lee El Principito y extraes una lección de cada capítulo", así que estas son las lecciones (numeradas por capítulos) que me enseñó uno de mis libros favoritos de todo el mundo y de todo el tiempo.

I: Cada sueño, por más pequeño que sea, es importante.
El capítulo 1 habla acerca del sueño del autor de ser dibujante, y nos muestra su famosísimo dibujo de la boa y el elefante. Aquí, la verdadera pregunta es, ¿cuál es tu sueño?, ese que tenías cuando eras un niño, ese que está arrumbado tal vez, o del que te da pena hablar. En mi caso, yo quería ser médico, pero crecí y me di cuenta de que no puedo ni siquiera ver sangre sin sentir pánico, así que ese sueño se fue, pero otros llegaron, y lo más importante, es que al final del día, la raíz de mi sueño era que yo quería ayudar a los demás, y ahora, soy psicóloga y a fin de cuentas, sí, puedo ayudar a las demás personas. Así que, sí, cada sueño, tiene un valor, y hay que aprender a deducir o a descifrar esos valores, porque a fin de cuentas, los sueños, si se sienten con el corazón, hay que cumplirlos.

II: Las cosas maravillosas de la vida aparecen cuando menos lo esperamos.
En el capítulo 2 el Principito hace su mágica aparición y le da un giro de 180 grados a la vida del piloto. Y bueno, aquí la lección es, que quizá debemos de prestar un poco más de atención a nuestro alrededor, porque uno nunca sabe cuándo aparecerá el Principito de nuestras vidas.

IV: No quiero ser una persona mayor.
Especialmente si ser una persona mayor significa que no me van a importar las cosas que de verdad deberían de importarme, sí, esas como los olores, los colores, el modo de hablar de las personas, los detalles especiales. No quiero ser una persona mayor si se trata de que solo me importen los números y cosas superficiales.

V: Yo soy pequeña, y las semillas de baobabs abundan dentro de mí.
Ya hasta escribí un post sobre esta lección, pueden leerlo aquí: clic

VI: Busca siempre las puestas de sol.
En el planeta del Principito él podía ver cuántas puestas de sol quisiera solo con moverse un poquito y volverse a sentar en su silla. Y creo que, las puestas de sol pueden significar un montón de cosas, para mí, sí, las puestas de sol son maravillosas y me encantan, quizá para otros sea la lluvia la que los maraville, o las estrellas, o no sé, ver cómo el viento mueve las flores. La lista es infinita, pero se trata de siempre buscar aquello que nos haga recordar lo maravillo que es estar vivo.

VII: Sigue buscando a tu flor.
El Principito tenía a su rosa en su planeta, a la cual cuidó y amó como a ninguna otra, pues bien, creo que es importante que cada uno de nosotros busque y encuentre a esa flor, esa que quizá se vea igual a todas las demás, pero nosotros sabremos que nuestra flor es especial, que merece todo nuestro amor.

VIII: Las flores también mienten.
Como la del Principito, que le dijo que ella era la única en su especie en todo el universo, y luego de estar en la tierra, él se da cuenta de que su flor lo había engañado.  Y tal vez mentir no sea el peor de los pecados, es decir, todos lo hacemos a fin de cuentas, pero debes saber, que si una flor miente, quizá las demás también lo hagan.

IX: Los que se despiden siempre dicen la verdad.
Cuando el Principito y su rosa se estaban despidiendo, ella finalmente fue sincera con él y le dijo que estaba bien sin el biombo que la protegía ya  que a fin de cuentas tenía espinas que la protegían, y lo más importante es que le dijo que lo amaba. Y aquí la lección es: las despedidas permiten a la gente sincerarse, hay algo acerca de un adiós que hace que las palabras que estuvieron ocultas por mucho tiempo salgan a la superficie. Yo recientemente me despedí de alguien que significó demasiado en mi vida, y no fue sino hasta ese momento, que fue capaz de decirme todo lo que siempre había querido escuchar de él.

X: Ten en claro sobre qué tienes poder, qué reinas.
No seas como ese monarca que se creía el ser más superior del universo, que decía que podía mandar sobre el sol (pero cuando el sol quisiera), es mejor tener en claro qué es lo que estamos reinando, sobre qué tenemos control, así todo es más fácil, y no iremos por la vida tratando de dar órdenes y esperando a que los demás las cumplan.

XIII: Las estrellas son libres, de nada sirve comprarlas.
O contarlas, solo para creer que eres dueño de ellas. Ya sabes, las estrellas están lejísimos, e intentar comprarlas no sirve de nada. Es mejor dejarlas ser libres, una vez que uno acepta esta verdad, su naturaleza, es más fácil vivir.

XV: Soy efímera.
Así como la flor, yo también soy efímera, no como los grandes volcanes, o las montañas o los ríos, no, yo soy como una flor, que un día desaparecerá por completo. Así que de mí depende si quiero hacerme un hueco en los libros de historia, de alguna manera.

XVII: Ten cuidado de los que hablan como serpientes.
Mucho cuidado, porque como el Principito lo dijo, las serpientes hablan como diciendo acertijos, y quién sabe qué querrán decir.

XVIII: No tienes raíces, ¡ve a donde quieras!
Creo que esta es mi lección favorita y es algo que quizá nos cuesta mucho trabajo entender, por más simple que sea. Y es que ¡no somos árboles!, no tenemos raíces, no estamos plantados en un sitio. Tenemos la capacidad de movernos, de cambiar de lugar como nos plazca, así que, creo que lo mejor es aprovechar nuestra condición. Nadie se arrepiente de haber probado algo, de haberse movido, la gente por lo general se arrepiente de no haberlo hecho.

XXI: Eres responsable de lo que has domesticado.
Como el Principito fue responsable del zorro, así somos responsables de aquellos a los que hemos domesticado, o amado, o como quieras decirle.

XXII: Únicamente los niños saben lo que buscan.
Y aquí de nuevo confirmo el hecho de que no quiero ser adulta, porque, los adultos no tienen idea de qué rayos están haciendo, ellos se suben a los trenes y se bajan y listo, ahí se acaba su día, pero los niños en cambio, ellos están seguros de a dónde quieren ir y de por qué están haciendo las cosas. Así que, creo que lo mejor es permanecer como un niño, en el corazón al menos.

XXIV: Lo maravilloso de todo está en donde no se ve.
Y aquí entra la frase más famosa de este libro: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos. O, esa que dice el piloto, de que lo más hermoso del desierto es que guarda agua en su interior. Así, guardamos nuestro corazón dentro de nosotros, siendo aún lo más preciado que tenemos.

XXV: Pon atención a lo que busca tu corazón.
De nuevo hablando del corazón, porque todo se relaciona, y como mencioné en la lección XXII, solo los niños saben lo que buscan, y probablemente si estás leyendo esto es porque ya no eres un niño, así que solo queda una cosa: buscar a ese niño que fuiste, y quizá, encuentres respuestas dentro de tu corazón.

XXVI: Un día regresarás a las estrellas.
Así como el Principito, un día alguien (tu flor quizá), mirará a las estrellas y sonreirá porque sabrá que estás ahí arriba, en algún lugar.

miércoles, 17 de mayo de 2017

¿Sabías?

  En honor a que ya solo me quedan unas cuantas semanas en mi pueblo natal, y estoy a punto de emprender un viaje que seguramente me hará crecer en demasiados aspectos, traduje este texto que encontré un día en Tumblr:

 ¿Sabías que puedes renunciar a tu trabajo, puedes dejar la universidad? No es legalmente requerido que tengas un título, es una expectativa y una presión social, no es la ley, y nadie sostiene una pistola contra tu cabeza.

Puedes vender tu casa, puedes renunciar a tu apartamento, incluso puedes vender tu vehículo, y tus cosas que en su mayoría son innecesarias. Puedes ver el mundo con un salario mínimo, a pesar del mito, no necesitas un trabajo bien pagado. 
Puedes dejar a tus amigos (si son amigos verdaderos te van a perdonar, y seguirán siendo amigos) y hacer algunos nuevos en el camino. Puedes dejar a tu familia. Puedes irte de tu pueblo natal, de tu país, de tu cultura, y de todo lo que conoces. Puedes hacer sacrificios. Puedes renunciar a tu café de 50 pesos, puedes renunciar al aire acondicionado, a consumir productos nuevos constantemente. Puedes renunciar a comer en los restaurantes y preparar comidas baratas en casa, y comerte las sobras también, en vez de tirarlas. Puedes renunciar a la televisión por cable, incluso al Internet. Esta lista es interminable. 

Puedes sacrificar escalar en la jerarquía de las carreras. Puedes sacudir las tradiciones y las expectativas que los demás tienen de ti. Puedes vencer a tus miedos, conquistando tu mente. Puedes tomar riesgos. Y sobre todo, puedes viajar.
Simplemente no lo quieres lo suficiente. Quieres un título o un trabajo bien pagado o mantenerte en tu zona de confort. Eso está bien, si es lo que tu corazón anhela, pero por favor, no me envidies y digas que no puedes viajar. No estás muerto de hambre, en un desierto, en un país del tercer mundo, con cinco hijos desnutridos a los cuales alimentar. Probablemente vives en un país del primer mundo. Tienes un techo arriba de tu cabeza, y comida en tu plato. Probablemente eres dueño de lujos como un celular y una computadora. Puedes pagar las casas de invitados en India de 3 dólares, los desayunos recién hechos en Morocco de .10 dólares, porque si puedes vivir en un país del primer mundo, puedes costear el viaje a un país del tercer mundo, probablemente puedes viajar a un país del primer mundo. Así que por favor dime, "quiero viajar, pero hay otras cosas más importantes para mí y las estoy poniendo en primer lugar", no, "me muero por viajar, pero no puedo", porque todavía no he conocido a alguien que diga que no puede, que realmente no pueda.

Puedes, de cualquier manera, solo vivir una vez, y para mí, el enriquecimiento del alma que viene de ver el mundo vale más que un título que podría brindarme un cheque más gordo, o bienestar material, o complacer a la sociedad.
Claro, debes elegir por ti mismo, seguir los deseos verdaderos de tu corazón, pero debes saber que puedes viajar, solo estás inventando excusas por las cuales no podrías. Y si hace alguna diferencia, nunca he conocido a alguien que haya renunciado a su trabajo, dejado la escuela, renunciado a su vida en casa, para ver el mundo, y que se haya arrepentido. Nadie. Solo a gente que ha envejecido y se arrepienten de nunca haber viajado, que se arrepienten de haberse enfocado demasiado en el dinero y el éxito superficial, que se han dado cuenta demasiado tarde de que la vida es mucho más que esto.

domingo, 14 de mayo de 2017

Cuentos para antes de dormir: La graduación

El día de mi graduación te vi parado ahí con esa mirada que solías poner cuando me decías "te quiero". Yo ya tenía tiempo saliendo con otro chico y él me hacía feliz, pero entonces te vi ahí y mi corazón dio un salto.
Sé que todos lo notaron al instante, y lo sé por las miradas llenas de compasión que me dieron, pude ver la decepción en los ojos de mi padre, pude leer el miedo en los ojos del chico que me amaba. Y ahí estabas, suplicando y sin hablar, "ven aquí, vayámonos"
"Sé que aún lo quieres" dijo mi padre y yo solo agaché la mirada. "Ve", dijo finalmente, liberándome así de toda culpa.
Así que corrí hacia ti, con todas mis fuerzas, sin detenerme a pensar ni por un instante en lo mucho que los demás iban a sufrir por mi culpa. Yo corría y con mis pasos un incendio se desataba atrás de mí, había tanto humo que cuando miré atrás, ya no logré ver a nadie más, pero ahí estabas tú, delante de mí, y con las manos extendidas. Y cuando finalmente te iba a alcanzar, todo alrededor se volvió negro.
Desperté en medio de la nada, volteé a todos lados en busca de respuestas pero nada parecía tener sentido, ¿cómo había pasado aquello?, ¿cómo de repente me transporté a ese lugar y tú desapareciste?
Caminé y caminé, en busca de alimento, y de agua, y de alguna salida, algún camino que me regresara a ti, pero en vez de eso, una nube me encontró y comenzó a seguirme.
"¿Qué haces aquí?" fue lo primero que me dijo. "Eso mismo me pregunto yo", contesté, "¿sabes dónde estás?" replicó y solo me encogí de hombros.
Entonces me dijo que me sentara, que ella se encargaría de protegerme de los rayos del sol y que fabricaría algo de lluvia para que pudiera beber, estaba tan agradecida que me puse a llorar en ese instante.
"Te contaré algo" dijo mientras unas gotas de lluvia caían sobre mí, "he visto a muchas personas pasar por aquí, y todas tienen algo en común: lo dejaron todo por amor", "puedes decirme dónde estoy, por favor" dije sin ganas.
"Aquí es a donde los que no tienen corazón vienen a parar".
"Pero...yo aún tengo corazón", dudé.
Y entonces me contó una historia que hizo que todo tuviera sentido, me dijo "tú corazón ya no está dentro de ti cariño, cuando decidiste dejar todo atrás, sin pensar en las consecuencias, él huyó, porque sabía que terminaría lastimado, porque tenía miedo de ti, ¿puedes imaginar eso? que tu propio corazón te tema. Por eso estás aquí, porque en este lugar las personas aún pueden vivir sin corazón, pero si quieres encontrarlo y volver a vivir la vida que tenías, primero tendrás que enfrentarte a ti misma"
Yo creía que todo aquello no era más que un producto de mi imaginación, después de todo, ¡estaba hablando con una nube!, estaba en medio de la nada, a donde quiera que volteara no había rastro de civilización.
Empecé a llorar otra vez, solo porque no sabía qué más podía hacer, me recosté, cerré y abrí los ojos un montón de veces, para tratar de ver si en algún momento regresaba a la realidad.
"De nada sirve que llores cariño" repetía una y otra vez la nube, "puedes hacer un berrinche como una niña pequeña si quieres, pero aquí eso no funciona"
Y así pasé lo que se sintió como una eternidad, pero la nube me dijo que apenas habían pasado unos días, yo estuve tumbada, sin hablar, sin moverme, y lo que más me irritaba es que la nube tampoco se fuera, quería que me dejara sola, quería despertar.
"Estaré aquí hasta que estés lista" dijo un día, y yo no sabía para qué rayos tenía que estar lista, pero finalmente, después de pensar y darme cuenta de que aquello no era un sueño, dije "quiero irme de aquí."

Caminamos entonces y pasamos por los lugares más extraños que puedas imaginar, había ogros y brujas por doquier.
"Estas son las personas que no logran salir de aquí" dijo la nube, "en esto te convertirás si no logras enfrentarte a ti misma.", "no entiendo nada" fue lo único que pude decir, caminamos tanto que los pies me empezaron a doler y a sentirse como  piedras, y entonces, ahí delante de nosotros logré ver un montón de ladrillos apilados. "Hemos llegado" dijo la nube, "aquí está". Y entonces me explicó que tenía que construir un castillo. "¿Qué quieres decir?" pregunté confundida, "aquí hay ladrillos y una pala, tienes que construir un castillo querida".
Pensé que era una broma y miré fijamente a la nube tratando de descifrar qué clase de prueba era aquella, pero no dijo una palabra más, solo estuvo ahí, dándome sombra, como siempre, hasta que dijo "creo que iré a dar una vuelta", "¿qué quieres decir? no puedes dejarme sola", le rogué, "ya te las arreglarás" replicó decidida y se fue.
De nuevo las ganas de llorar se apoderaron de mí, pero recordé que estaba sola, que no conocía a nadie ahí, y si quería irme, lo mejor sería que me pusiera a trabajar.
"Ríndete de una vez" dijo alguien atrás de mí, y cuando me di la vuelta, vi que era una bruja de aspecto espantoso. "Yo lo intenté pero es imposible, es preferible quedarse aquí, a fin de cuentas, sin corazón nadie puede herirte"
Y recordé entonces que mi corazón ya no estaba dentro de mí, toqué mi pecho y efectivamente, no sentía sus latidos, me sentía completamente vacía.
"¿Cómo funciona?" dije entonces, "¿tú por qué estás aquí?"
"Niña esa es una historia tan vieja que ya la olvidé, quizá trataba del amor, no lo sé, lo que importa es que ahora vivo aquí"
"Pero, ¿no hay alguien en el mundo real que la espera?, ¿no extraña tener corazón?"
"Este ahora es mi mundo real" dijo finalmente, y se marchó dejándome con el pensamiento de que si bien tenía razón, vivir sin corazón parecía tentador, yo no podía darme ese lujo, además, tú estabas esperándome en el mundo real, y si tú estabas ahí, tenía una razón para querer irme.
Así que me puse a trabajar.

Días después la nube regresó y tenía noticias. "Querida, pero qué poco has avanzado, olvidé decirte que tienes solo una semana para completar el castillo"
"¿Hablas en serio?" dije con enojo, "¿cómo pudiste olvidar ese detalle tan importante?"
"No lo sé cariño, solo lo olvidé" y miró mi castillo que básicamente estaba tan incompleto que daba risa. Y ya habían pasado 5 días, ¿cómo acabaría el castillo en dos días? era imposible, quizá debía hacer lo que la bruja y rendirme, después de todo, aquel lugar no estaba tan mal. Pero luego volví a pensar en ti, y en que me estabas esperando, y un plan empezó a formarse en mi mente.
Corrí hacia el lugar donde estaban reunidos todos los ogros y brujas que vivían en aquel lugar y alzando la voz dije "Necesito su ayuda, ¡por favor!", pero nadie pareció escucharme, ni siquiera voltearon a verme. La nube estaba ahí, y me veía confundida, pero no pronunció palabra en ningún momento. "¡Necesito terminar mi castillo en dos días!, ni siquiera llevo la mitad, ¡por favor necesito su ayuda!"
Pero de nuevo nadie se inmuto, yo estaba desesperada, y la nube solo estuvo viendo todo sin intervenir, ¿por qué nadie estaba dispuesto a ayudarme?, y entonces, un ogro gigante y horrible se paró y me sonrió. Su sonrisa no era nada agradable a la vista pero eso no me importó, "él me ayudará" pensé e hice que me siguiera hasta mi castillo.
"Bueno aquí está" dije señalando lo que se suponía que era mi castillo, "no es muy bonito pero sin nos apresuramos quizá..."
Y no pude terminar aquella frase porque el ogro me interrumpió con un grito que hizo que temiera por mi vida, retrocedí creyendo que iba a matarme, pero en vez de eso, caminó hacia mi castillo y lo destrozó por completo, agitó sus manos, ni siquiera tuvo que hacer un esfuerzo y mi pobre castillo estuvo destrozado en un dos por tres. Luego, soltó una risa horrible y corrió de vuelta con los demás ogros y brujas.
Yo me quedé ahí, parada, viendo como todo mi esfuerzo se había desmoronado en frente de mis narices, y todo por mi estúpido plan. "¿qué haré ahora?" dije a la nube, que solo permaneció callada.
Pasé el último día de mi plazo llorando, pensando en que me quedaría ahí para la eternidad y terminaría por convertirme en una bruja. "Tendrías oportunidad de regresar al mundo real una vez al año" explicó la nube "pero como nadie quiere que lo vean con aspecto de bruja o de ogro, la mayoría prefiere regresar el día de halloween, así al menos sienten que encajan", y entonces me imaginé, visitándote en halloween, diciendo "soy yo, he regresado", pero pensé que seguramente correrías asustado. "¿Es la única opción?", dije a la nube, "así es" respondió.

El tiempo pasó y me resigné, en algún punto terminé olvidando a mi corazón, terminé incluso olvidando el motivo por el que estaba ahí, supongo que así le había pasado a la bruja con la que hablé cuando estaba construyendo mi castillo, me acostumbré a vivir en aquel lugar lleno de nada, la nube trataba de hablar conmigo de vez en cuando, pero terminó por irse, de vez en cuando veía a otras personas que llegaban y trataban de construir el castillo, pero nadie lo lograba. Me convertí en lo que temía, un día iba caminando y vi mi reflejo en un charco de agua, me asusté tanto que no volví a pronunciar palabra. Solo pasaba los días monótonos recostada, buscando sombra, caminando para no olvidar como hacerlo.
Pero entonces llegó halloween.
Vi como todos empezaron a cambiar su actitud unos días antes. Se preparaban, estaban listos para salir al mundo real, querían volver a ver a sus seres amados, y yo, yo no sabía si quería ir ahí y verte, poco a poco los recuerdos se amontonaron en mí y el recuerdo del día de mi graduación me pareció tan lejano que incluso reí. ¿De qué me servía haberte elegido a ti? si a fin de cuentas mi corazón había huido asustado y terminé en el peor lugar del mundo, quizá estaba en el infierno solo que no había un letrero donde pudiera leerse "bienvenidos al inframundo". Sí, yo te había elegido por sobre todas las cosas, por encima de mis padres, por encima del chico que me ofrecía amor puro, pero mi corazón, cansado de lo mismo, decidió que lo mejor sería abandonarme. Y que mi corazón me hubiera abandonado resultó peor que todas las veces que tú me abandonaste antes.
Y entonces volteé hacia arriba, y la nube estaba ahí. "Estás pensando, tienes tiempo sin hacerlo" dijo sonriendo. Yo solo quería que todo se acabara, cerrar los ojos y no existir, pero sabía que eso no era posible. "Ya todos están listos, ¿vas a ir?" dijo finalmente.

De vuelta al mundo real todo parecía nuevo, como si hubiera vuelto a nacer pero con la peor de las apariencias. Me mezclaba perfectamente con los demás, había de todo ahí afuera, brujas, ogros, diablos, y los disfraces de moda que esta vez no podía reconocer.
Te busqué, y no con la intención de hablarte o interactuar contigo, sino porque quería al menos verte.
Regresé a mi hogar, donde vi a mis padres que parecían estar más o menos bien, sabía que me extrañaban, pero ellos creían que yo era feliz contigo y eso los consolaba. Luego fui a ver al chico que me amó tanto y al que dejé por ti. Pero no estaba, ni en su casa, ni con sus amigos, ni en los lugares que solía frecuentar. Quizá había encontrado a alguien más, quizá se había mudado, no podía culparlo.
Y entonces, con las esperanzas que aún quedaban en mi cuerpo seguí buscándote. Y lo que encontré terminó por destruirme. Ahí estabas, con alguien más, haciendo las cosas que solías hacer conmigo, diciendo las palabras que solías decirme, pronunciando las promesas que nunca lograste cumplir. Lancé un grito que terminó por espantarme incluso a mí. Volteaste la cara pero no me reconociste, seguiste con ella, como si nada hubiera pasado.
Quería ir hacia ti y decirte qué cómo habías podido, qué esperaba que hubieras estado buscándome durante el tiempo que estuve lejos, pero no, en vez de eso hiciste lo que mejor sabías hacer: encontrar a alguien más.
Miré al cielo en busca de la nube, pero era de noche y no podía ver nada, la llamé pero tampoco respondió. Quería irme, quería regresar al lugar a donde pertenecía. Grité tanto, que mis pulmones quedaron vacíos y mi voz sonaba ronca.
"¡Quiero regresar!, déjame regresar, no pertenezco aquí, déjame volver"
Y entonces me miraste, supongo que reconociste mi voz porque leí las dudas en tus ojos y luego el temor al reconocerme.  Te diste la vuelta, tomaste su mano, y no miraste atrás.

Y entonces pasó.
Ya no traté de correr hacia ti, sino que también me di la vuelta, miré al cielo, quería encontrar a la nube en algún lugar, la llamé, pero ya no tenía voz. Me senté en medio del camino, las personas me veían llorar pero a nadie le importaba, después de todo, para ellos yo era una chica vestida de bruja que lloraba, a ellos no les importaba qué rayos estaba ocurriendo conmigo. Y justo cuando estaba por volver a correr, solo para intentar escapar de aquella sensación de vacío, escuché que alguien decía una y otra vez mi nombre, primero lo escuché a lo lejos, pero luego más y más cerca, hasta que volteé y ahí estaba él.
"Te he estado buscando todo este tiempo, no sabes cuánto lamento por todo lo que has tenido que pasar" dijo mientras se ponía de rodillas y me limpiaba las lágrimas.
"¿Cómo?... ¿cómo sabes qué soy yo?", estaba tan confundida que ni siquiera sabía qué decir.
"¿Estás bromeando?, te reconocería donde quiera que fuera, incluso con el peor de los disfraces", y comenzó a reírse, no sabía cuánto había extrañado su risa hasta ese momento. "Pero sabes que este no es un disfraz, ¿no?", y así, a pesar de mi horrible apariencia, él estaba ahí, arrodillado, sonriendo, feliz, y todo por haberme encontrado.
"Tengo algo para ti" dijo, mientras abría una pequeña caja que llevaba consigo. Y ahí estaba, la cosa más preciosa y la más sagrada para mí; mi corazón.
"¿Dónde lo encontraste?" dije casi gritando.
"Nunca tuve que buscarlo, creo que él me eligió a mí, más bien, yo tuve que buscarte a ti todo este tiempo, estaba volviéndome loco sin ti"
"Lo siento tanto", fue lo único que pude decir, "yo elegí a la persona equivocada, nunca debía haberme ido ese día..." y me interrumpió haciéndome callar con un gesto. "Esto es tuyo" me entregó mi corazón, "te he esperado todo este tiempo y estoy dispuesto a esperar aún más, ahora ve a descansar"

Me sentía llena de vida nuevamente, me levanté con la seguridad de que aquel chico me amaba y era el más maravilloso del mundo, y de lo tonta que había sido al irme a tus brazos. Comencé a caminar y de nuevo mis pies generaron incendios, pero esta vez no destruían, esta vez, regeneraban todo a su paso. Y en algún punto,  antes de perder la consciencia, mi corazón y yo fuimos uno de nuevo.
Abrí los ojos y ahí estabas de nuevo. Era el día de mi graduación, donde había empezado mi infierno. Miré mis manos que sostenían las del chico que me amaba, al que mi corazón había elegido, el que me había salvado, me toqué el pecho y sentí el latido de un corazón enamorado,  mire a mis padres que se veían orgullosos de mí, volteé al cielo, y una nube me sonreía desde ahí. “Haz lo correcto esta vez” parecía decir.
Te vi, y tu mirada ya no pudo transmitirme nada. Estaba intacta, había pasado por el infierno de tu amor y había sobrevivido.

Ahí estabas, pidiéndome y sin hablar que corriera hacia ti, y esa vez, decidida, me di la vuelta, y no volví a mirarte nunca más.

lunes, 8 de mayo de 2017

Manual para enamorar a alguien

El siguiente es material peligroso, se requiere discreción.

Paso número 1: Hablar
Este parece el paso más sencillo del mundo, ¿no?, hablar. Todo el mundo habla casi a diario con por lo menos una persona, pero aquí, lo que importa es que busques la manera de hablar con ese alguien que te gusta, a la persona que quieres enamorar. Puede ser a la antigua: en vivo y en directo. O, puede ser a la millennial: por messenger o whatsapp o cualquier cosa tecnológica.
Hablar es el paso más importante, de él depende todo, porque quizás creas que te gusta alguien pero después de hablar con él/ella, te darás cuenta de si realmente son compatibles o no, si cumple con tus expectativas, si tiene mala ortografía o mal aliento...etc.
Si no sabes que decir, siempre puedes usar un hola, un hey, un qué tal. Las posibilidades son infinitas. Debes encontrar la manera de hacer que esta interacción suceda.

Paso número 2: Tener una cita
Ok, así que vamos a decir que ya llevas una semana o unos días hablando con esta persona, entonces viene la parte que será clave en tu objetivo, sí, tener una cita. Puede ser lo clásico: ir a cenar, al cine, a tomar un café, o puede ser algo espontáneo, no lo sé, yo no he ido a una cita en mucho tiempo, no sé qué hacen las personas de hoy en día, pero sí, es indispensable, si es que quieres que esta persona se enamore de ti, que salgas con ella.
Y no tengas miedo de quedar en ridículo y que te digan que no. Recuerda: hay más personas en el mundo, un no significa una infinidad de sís en potencia.
Así que si quieres ser el que invita, toma una profunda respiración, cuenta hasta 10 y lanza la pregunta. Es así de simple.

Paso número 3: Sé tú mismo/a
Si él o ella no se enamoran de tu verdadero yo, bueno, entonces vuelve a pensar en lo que mencioné en el paso número dos: hay muchos peces en el mar.
Just tell him boy, bye

Paso número 4: Esperar
Siéntate, relájate, tómate un agua de coco (o bebida de tu preferencia). Esta persona va a enamorarse, te lo aseguro, el enamoramiento es así de sencillo, pero hemos querido hacerlo la cosa más complicada del mundo. Quizá en este punto ya hayas repetido el paso 2 unas cuantas veces y eso está excelente. Recuerda que el paso 1 es primordial, sigue haciéndolo hasta que el paso 3 parezca pan comido.
Y así, es como uno enamora a alguien.

sábado, 6 de mayo de 2017

Tiempos difíciles

Todo lo que quiero es despertar bien,
que alguien me diga que estoy bien, que no me voy a morir.
Todo lo que quiero es un hoyo en el piso,
que alguien me diga cuando salir de ahí.

Caminado con una nube negra sobre mi cabeza,
y al parecer no se va a ir.
¿A dónde voy?, que alguien me de una especie de señal.
Si me cae un rayo, quizá pueda revivir.

Los tiempos difíciles te harán preguntarte si vale la pena intentarlo.
Los tiempos difíciles te van a tumbar y te harán reír mientras lloras.
Todas estas vidas, y ni siquiera sé cómo he hecho para sobrevivir.

Tiempos difíciles...
¿llegaré a tocar fondo?

martes, 2 de mayo de 2017

Yo soy pequeña y las semillas de baobabs abundan dentro de mí

Soy como un pequeño planeta, más pequeño aún que el hogar del principito y dentro de mí, las semillas de baobabs abundan.
Y todo el mundo sabe qué pasa cuando crecen demasiado: hacen explotar, destruyen.
Ya pasó una vez, y me costó mucho reponerme.
Han pasado dos años, y estoy aquí, enfrentándome a los árboles que amenazan con ser mi perdición.
Esta es una lucha constante, es un estado de alerta permanente,
es aprender a distinguir las semillas de los rosales de aquellas que destruyen.
Yo soy pequeña, y los peligros son grandes.

Han venido a mí lobos disfrazados de corderos, fingiendo ser la solución a mis problemas:
"yo puedo liberarte, yo seré tu salvación", repiten sin descansar.
Y al final, detrás de su dulce rostro se revelan sus sucias intenciones.
Ellos no vienen a liberarme, ellos vienen a robar y saquear este planeta.

Yo soy pequeña,
y las semillas no se irán a ningún lado.
Seguirán llegando, pero no dejaré que crezcan,
ningún baobab tendrá el poder suficiente como para destruirme.

Ya no.

lunes, 1 de mayo de 2017

Qué pasó en el mes: abril

Abril se va y con ello se acerca la fecha en la que... ¡finalmente!, me mudaré. Solo un mes más y me voy de este lugar pequeñito a una ciudad enorme.
Estoy feliz, estoy emocionada y aterrada a la vez.
Pero bueno, ¿qué pasó en el mes?


Bueno, pues el primer día del mes fui con mis mejores amigos de la prepa a comer.

Y ese mismo día me hice dos tatuajes nuevos: me puse una corchea en la muñeca, y una A atrás de la oreja. 


Como fue semana santa, mis mejores amigas de la prepa me visitaron y fuimos a la playa.


Un día de cine.


Tuve una pool party con mis compañeros de trabajo.


Mi bff me invitó a ver un norteño... estuvo raro pero divertido.


¡playa, playa, playa!


Mi mejor amiga de la prepa se mudó de vuelta y organizamos una salida.


Una noche de copas, una noche loca.


Quinceañera.


Y finalmente, fui al festival de folclor en Vallarta. Estuvo hermoso, como cada año.


Y mis favoritos de abril son:

Películas:

  • 3 idiotas. - Me hizo reír demasiado, y en general creo que es buena. 

  • Cuál es tu número. - Me recordó  a mí misma y me encantó Chris Evans.


Libros:
  • Yo antes de ti de Jojo Moyes- Este libro lo empecé a leer desde antes de abril pero lo acabé justo en el momento indicado, y me gustó, es muy bonito y simple.

  • Érase una vez el amor pero tuve que matarlo - Creo que este es un libro que me recordó demasiadas cosas: a Pequeña ala, a U, a mi misma en este momento, amores pasados, la destrucción... un libro excelente que voy a terminar volviendo a leer una y otra vez a lo largo de mi vida.


Música: