martes, 25 de enero de 2022

Le telephone

 Ok, vamos a hacer un ejercicio y pensar, ¿cuándo fue la última vez que pasaste un día sin tu celular?, hay que ser lo más sinceros que podamos. 
Si yo soy honesta, ni siquiera lo recuerdo, quizá fue antes de tener uno, o quizá fue en la etapa donde en vez de un smartphone tenía un pequeñito celular donde solo podía recibir mensajes de texto y llamadas. Y eso fue hace, bueno, bastantes años. 

¿Por qué nos cuesta tanto estar lejos de nuestros celulares?
Estos aparatos que nos mantienen en la matrix, viviendo en una realidad controlada, haciendo que nuestra percepción ya de por sí distorsionada, se distorsione aún más.  

Recuerdo en la prepa (año 2009), cuando aún usaba mi iPod para escuchar música, conectarme a Facebook y tenía Instagram, que usaba para editar fotos y subirlas, fotos sin sentido, de lo que sea que se me pasara por enfrente. En ese entonces el celular no era tan importante como hoy, de hecho, viví sin WhatsApp hasta 2015 y solamente porque quería hacer planes con mis amigos y esta era la manera más rápida y sencilla. 

A veces, o la mayoría del tiempo, quisiera solo borrarme del internet, bueno, no del todo, no quisiera perder este blog, solo irme de instagram, de facebook, de whatsapp y chao, contáctenme vía mensajes de texto o llaméenme, volvamos a los tiempos más simples. Pero siendo realista, no va a pasar. Solo nosotros podemos controlar qué tanto usamos el teléfono, qué tanto estamos conectados a una realidad que no existe, qué tanto pasamos en la naturaleza, observando las nubes o las olas, qué tanto nos "desconectamos" de nosotros mismos para conectarnos a un aparato que cabe en la palma de la mano.

Quizá solo escribo todo esto porque hoy olvidé mi celular en casa, llegué a la oficina y pensé "quisiera solo dejarlo ahí todo el día", pero mi novio no está y quiero ser capaz de hablar con él, y mis alumnos se comunican conmigo ahí, y...
bueno, la lista es infinita. 
Adiós por ahora, quizá pronto encuentre la cura a esta adicción a mi celular, quizá.  

martes, 18 de enero de 2022

El amor y la ropa

 Tengo una historia, y es una bastante simple y bastante hermosa.

Cuando aún vivía en casa de mis papás, mi mamá siempre lavaba la ropa una o dos veces por semana, como toda familia, cada quién tenía su canasto de la ropa sucia y luego ella iba y lo sacaba y un rato después yo tenía mi ropa limpia y doblada en mi cama. 
Esto pasó hasta que me mudé y bueno, tuve que llevar mi ropa a lavar a otros lados...

En fin, fast foward a ayer, sí, apenas ayer, era una nueva semana y yo tenía que ir a trabajar como cada lunes. Mi novio se fue a jugar pickleball no sin antes decirme "voy a lavar la ropa, pon la ropa sucia en la canasta", "ok". Llego a casa como a eso de las 6, mi novio no está, pero la ropa está tendida en la azotea, subo con el canasto y luego pongo la ropa en la cama y comienzo a doblarla y automáticamente pienso en mi mamá.

Y nunca lo había pensado antes, ni siquiera se me había pasado por la cabeza, pero lo que ella hacía al doblar nuestra ropa era un acto de amor, y no había podido verlo, hasta ayer por la tarde. 
Ah, la vida y sus vueltas, y sus manera tan peculiar de hacernos ver las cosas. Yo con un montón de ropa que doblar, con lágrimas en los ojos, agradeciendo al universo:

Gracias por darme esta vida que tanto soñé. Gracias por permitirme darme cuenta que el amor está en los actos más simples. Gracias. Gracias. Gracias.

martes, 11 de enero de 2022

Un sueño hecho realidad

 Casi dos años después por la pandemia, me fui a Guadalajara de nuevo, acompañada de mi novio, porque tenía mi cita para sacar mi visa para USA. 
Nos hospedamos cerca del consulado y la primera noche apenas y puedo dormir; siento frío, uno que me cala en los huesos y la cabeza me explota, se siente una presión increíble en mi cráneo. 
Estoy nerviosa, no puedo creer que pronto voy a saber si puedo ir a visitar a mis amigos en Oregón, si puedo conocer  New York, ir a Ver a Haim, y sobre todo, visitar a Taylor. 

Mi cita es el lunes por la mañana. Me formo en una fila que parece ser eterna, y ni siquiera puedo medir el paso del tiempo, no tengo reloj, ni celular, ni nada, excepto un montón de papeles en la mano. Cuando menos lo espero estoy por llegar al final, "esto es todo, es el momento decisivo", pienso durante todo el tiempo en lo afortunada que soy por tener esta oportunidad, que pase lo que pase, estaré agradecida. 

Llega mi turno y ahí está: una ventanilla pequeña y dos preguntas: ¿por qué quieres ir a USA?, ¿a qué te dedicas?, digo solo la verdad. Espero y el tiempo no pasa, y mi mente no tiene idea de a dónde ir. 

"Su visa ha sido aprovada"

Wow, shock, ¿qué?, ¿es de verdad?, ¿esto es un sueño o la realidad?

Salgo con un papelito en la mano que cambia mi vida en un instante, ahora puedo hacer lo que siempre soñé, ahora el mundo se abre con mil posibilidades más. 
Wow, un sueño hecho realidad. Gracias vida.

martes, 4 de enero de 2022

El mar

Es un buen día para estar viva porque el mar me habló,
Él dijo:

“Niña, debes ser más como las aves, y volar lejos sabiendo que siempre volverás a casa, volar tan alto como puedas pero también cerca de mí, sin miedo.
Debes entender que cada criatura en este planeta tiene un propósito, y tú eres cada una de ellas. 
Cada vida que has vivido te ha enseñado algo. 
Medita y escucharás el sonido de una canción muy vieja, el sonido de cuando el universo se creó. 
Este es un recordatorio para todos aquellos que estén dispuestos a escuchar.
Tú estás despierta y es un privilegio. 
Niña, debes ser más como yo: salvaje y tranquilo, valiente y tierno. 
Debes ser como un poema que puede ser leído aún en una tarde nublada. 
Así que ve y canta,
ve y baila 
comparte tus regalos con el mundo.
Por esto estás aquí”.