martes, 27 de diciembre de 2022

10 preguntas para relfexionar sobre el año que se va (2022)

 Ya es tradición a este punto, hacer esta reflexión y mirar atrás con estas 10 preguntas que me ayudan a poner muchas cosas en su lugar, y esta vez me parece increíble que el año se acaba, a la vez muy largo a la vez muy corto. 

1. ¿Dónde estabas en este día el año pasado? Definitivamente estaba agradecida de haber encontrado un amor, literalmente pasé muchos muchos años pensando en cómo sería, y pasar del pensamiento a la realidad fue como "oh, wow, esta es mi vida", conocí a los papás de mi novio, estaba nerviosa por mi cita para la visa y sí hasta fiebre me dio pero al final pude ir a estados unidos y todo bien. Estaba aún con dudas de cómo sería este año, con un poco de pandemia en el mundo y muchas dudas.

2. ¿Dónde estás ahora? Es gracioso porque incluso escribí en mi diario ayer: "si antes había dicho que si una vuelta de 180 grados... no sabía de lo que estaba hablando", de verdad este año me enseñó muchísimo, aprendí demasiado, me siento sumamente agradecida con la vida, con mis papás, con mi novio, con mis negocios, todo me ha llevado al crecimiento, a convertirme finalmente en una adulta con problemas sí, pero siempre aprendiendo de ellos. 

3. Si pudieras describir el año en 3 palabras, ¿Cuáles serían? Crecimiento - aprendizaje - cambio

4. ¿Por qué estás agradecida? Ahhh, tengo mucho que agradecer: por mi visa que finalmente llegó y con ella pude cumplir mi sueño de visitar Nueva York, de visitar a mi familia americana en Kentucky, de visitar a mi novio. Por los viajes, por abrirme los ojos a cómo es realmente la vida en Estados Unidos, por los problemas financieros, por lo poco y lo mucho que tengo porque gracias a ello sigo aprendiendo día con día. Gracias por vivir afuera de casa, por pagar renta por primera vez, por sentirme como una adulta que hasta paga impuestos, por los retos. Por abrir un nuevo negocio que jamás pensé que tendría: un bar. Por tanto trabajo y estrés y cansancio, y gracias a mi cuerpo por ser tan fuerte y no rendirse nunca. Gracias a mi familia que siempre me apoya, gracias a mis amigos y sobre todo gracias a mi novio que me ha enseñado cómo es una relación de verdad, porque el amor es una decisión todos los días. 

5. ¿Qué metas cumpliste? Ir a Estados Unidos, tener un negocio nuevo, mudarme de casa de mi hermano, practicar más portugués. 

6. ¿Qué metas no cumpliste? La verdad es que no he trabajado mucho en mi guión que aún sigue en pausa y sé que necesito enfocarme en eso.

7. ¿Qué te trajo más felicidad en 2022? El tiempo de calidad con las personas que amo: ir a la playa, ir a caminar, explorar la naturaleza, comidas ricas, cervezas que compartimos, libros que intercambiamos, películas y series que vimos. 

8. ¿Qué nuevos hábitos adquiriste? La verdad es que estoy muy contenta porque definitivamente me volví una persona más organizada, más limpia con respecto a mis espacios y eso es algo que quería desde el año pasado y definitivamente mi novio me ayuda muchísimo a ser esta persona que le importa que su casa esté limpia y que las cosas estén en su lugar.

9. ¿Qué hábitos vas a dejar? No quiero comer más chatarra o al menos menos de lo que como ahora.

10. ¿Qué quieres lograr en 2022? Quiero enfocarme en dos cosas, dos cosas nada más: mi guión y mi negocio en san pancho. 

lunes, 26 de diciembre de 2022

Cosas favoritas del 2022

 Ya llegó esa semana en la que me pongo nostálgica y recuerdo todo lo bueno, bonito y también lo malo que pasó en el año. Hoy, me dedico a dar la vuelta ara ver cuáles fueron las cosas que más disfruté en este 2022 que se nos está acabando.

Música:
  1. Van Stee. Los descubrí gracias a ver unos videos de youtube y sin dudas se convirtieron en mi banda favorita de este año, su sonido es bastante simple, con ahí cosas experimentales de repente, me encanta la voz del cantante, me encanta de verdad todo, lo malo es que no puedo encontrar información reciente de la banda así que estoy casi 100% segura de que ya no existe. Pero su música está en spotify y estoy segura de que fui la persona que más los escuchó. 
  2. Maggie Rogers. Maggie, la conocía ya por sus canciones más populares pero este año me di chance y escuché sus álbums completos. Y la verdad es que cuando estaba en Nueva York ella se iba a presentar y quería ir pero que bueno que no fui, porque su nuevo disco se me hizo bastante meh... pero aún así disfruto bastante de sus canciones viejitas y una que otra nueva.
  3. 90s México. Ok, ok, este año y no sé por qué, o bueno quizá porque quería ir a ver a OV7, pero me súper traumé con el pop noventero: Kabah, la onda vaselina, Mecano... tengo una playlist que se llama 90s tour y no me falla.
  4. Oblivion - Grimes. No me he dado el tiempo de escuchar mucho a grimes, sé que es bastante popular en el internet pero nunca me había llamado la atención, hasta que en un episodio de una serie que estaba viendo salió está canción y la amé instantáneamente. Y aún cuando la escucho pienso "ah, que increíble canción"
Libros:
  1. Just Kids - Patti Smith. De los primeros que leí en el año y me gustó mucho como Patti captura su ascenso a la -fama, cómo pasó de ser literalmente nadie y dormir en la calle a ser una artista en toda la palabra. No sé, me llenó como algo en el corazón.
  2. Monstruos Invisibles - Chuck Palahniuk. Este libro es como raro por la manera en que está escrito pero una vez que le hayas la onda, wow, me encantó, una sátira total, cosas bastante crudas, cómo la belleza no lo es todo, cómo la venganza a veces está enfrente de nosotros y no sé, solo me gustó mucho.
  3. Libera tu Magia - Liz Gilbert. Este es el último que leí y sí, buenísimo y rápido de leer, lo recomiendo bastante a todas las personas que se dediquen a la creatividad o que busquen ser más creativos. 
Series y Pelis:
  1. Todo lo que sé sobre el amor. Basado en mi libro favorito del 2020, Dolly escribió también el guión, la verdad es que no fui la más fan de cómo se adaptó esta serie, la sentí bastante lenta en comparación al libro, pero claro, fue porque quieren hacer más temporadas. Tampoco la odié, pero bueno, ahí está y seguramente la voy a volver a ver en algún punto.
  2. Sex lives of college girls. Creada por Mindy Kaling obviamente tenía que verla, fue buena, la primera temporada me atrapó mucho, la segunda fue buena hasta el último o penúltimo episodio donde hicieron un cochinero total, pero en fin, seguro veré la siguiente temporada.
  3. White Lotus. Este año vi las dos temporadas, ok, la primera fue muy buena y me tenía dudando todo el tiempo, en la segunda pasaron muchas cosas moralmente que te dejan como wtf??, pero tampoco fue mala. Sí la recomiendo porque es bastante entretenida.
  4. Everything everywhere all at once. Apenas la vi ayer y fue un trip bastante bueno, sí, es una película rara y absurda y al final te deja pensado "qué rayos vi", pero el transfondo, al menos a lo que yo entendí es que ok, nada importa en el este mundo, literalmente somos nada, somos una rosquilla en medio del amplio universo, pero aún así, el amor es lo único que importa. Y sí, me reí y lloré. 
  5. Rick and Morty. Esta serie la empecé a ver por mi novio y no pensé que me fuera a gustar pero aún sigue siendo de nuestras favoritas para ver juntos cuando ya estamos por dormir. Muy entretenida, chistosa y hasta profunda en ocasiones.
Youtube:
  1. Natacha Oceane. Canal de fitness, pero esta chica es otro nivel, es una diosa del ejercicio y me inspira increíblemente, porque wow, no para y es increíble. Y tienen que verla para entender de qué estoy hablando.
  2. Berta Pin. De las primeras youtubers de españa que veo, o la primera, ya no recuerdo, pero me encanta su vibra, me gusta que tiene un negocio también y aún vive con sus papás y la ves y es bastante auténtica y se nota.

martes, 20 de diciembre de 2022

Volviendo a casa (A mí misma)

 Aquí está la cosa: en los últimos meses me había sentido de muchas maneras, menos como yo misma, en verdad, pasé por un montón de estrés por tener un trabajo extra y mudarme y andar de un lado para otro y en algún momento me perdí. Así sin más, ya no pude encontrar el camino a mí misma y andaba deambulando por muchos lados sin rumbo, en la espera de que una pequeña señal me indicara el camino. 
Y resulta que como en toda novela, en toda película, en toda serie, siempre pasa, ¿no?, tan simple pero tan real: la respuesta estaba en mi interior, el camino ya estaba dentro de mí, solo no podía verlo debido a un montón de distracciones. 

Aún así, me dije mientras me bañaba un día, necesito escribir los pasos para volver a mí, porque luego se me olvidan, aunque son tan simples. Y te recomiendo que hagas lo mismo, porque quieras o no, tienes que aceptar que perderse es súper fácil en estos tiempos, y volver a casa es importante, recordar que nuestra existencia es efímera, que venimos aquí solitos y nos vamos solitos pero en este pequeño espacio entre nacer y morir, hay que hacerlo contar.

Cómo volví a casa (A mí misma):

1. Escuchando música. Cuando voy caminando, cuando voy en camino al trabajo en el camión, cuando limpio la casa o lavo los trastes, cuando me baño.

2. Bailando. Ensayar cada semana, prepararme para una presentación, el baile en sí, la alegría de haber creado algo.

3. Escribiendo. Poniendo afuera lo que está adentro, siendo creativa y poniéndome retos: ¿puedes escribir una historia basada en tal canción?, ¿puedes escribir en tu diario todo el mes?, sí, sí, puedo hacer lo que sea si me lo propongo. 

4. Yendo al gimnasio. Porque mi cuerpo es mi hogar, y hay que cuidar donde vivimos, y a mí me motiva cuidarlo yendo a ejercitarme, levantando unas pesitas por aquí y por allá. 

5. Entrando al mar. No hay una mejor sensación. Ser una con las olas, sentir el agua en todas partes, relajarse y dejarse llevar. 

6. Leyendo. A  mí me encanta leer historias de todo tipo, me gustan los libros simples con mensajes complejos, me gustan las novelas románticas y la poesía, me gusta ir a la playa y acostarme y perderme en una historia. 

viernes, 16 de diciembre de 2022

saliendo de mi cabeza

 Estaba en la playa con una de mis amigas del pueblo, y me contaba acerca de su más reciente aventura amorosa con este chico que es bastante darks y está lleno de tatuajes y parece como todo misterio. Y me decía que se sentía confundida con las señales que este hombre le mandaba: por un lado en los mensajes le decía que no estaba preparado para nada serio, por el otro se quedaba abrazado a ella y le decía palabras al oído, palabras bonitas.

Y todo esto me hizo pensar en lo difícil que es salir de nuestra propia cabeza, porque a final de cuentas vivimos en nuestra cabeza, ¿no?

El proceso ha sido largo para mí, y creo que por eso me identifico al máximo con esta amiga, porque me veo reflejada en su lucha constante por encontrar el amor en hombres que claramente no están interesados en lo que ella busca y veo como constantemente lucha con ver más allá de solo ideas.

Así que aquí esta una pequeña lista de ideas para salir de tu cabeza* 

(*ver la realidad en lugar de lo que está dentro de tu y que no puedes parar de pensar en ello y hacerte ideas).

1- Ve a terapia. Yo sé, es difícil y sobre todo porque todos lo recomiendan pero pocos lo hacen, pero dejame asegurarte algo: LA TERAPIA CAMBIARÁ TU VIDA. Siempre y cuando encuentres a un buen terapeuta con el que puedas conectar, te aseguro que verás un antes y un después, las ideas se verán más claras, los hábitos tendrán sentido y ya no te dejarás guiar por lo que está atorado en ti, veo a la terapia como el agua, ¿sabes?, lo limpia todo a su paso, te hace aclarar la mente, te ayuda a estar en paz. Sí, ir a terapia es un proceso que seguramente durará meses o años, pero te aseguro que valdrá la pena al ver atrás y mirar cuánto avanzaste. 

2- Encuentra personas que vivan más afuera que adentro. No es tan difícil, vas a identificar a esas personas porque te van a decir las cosas como son, no como las quieres escuchar. Estas personas pueden verse como "groseras", "pesimistas", "duras", pero en realidad están viviendo más afuera, es solo eso. No tienen que ser tus novios (como el mío), pueden ser amigos, vecinos, conocidos, encuentra a esa persona que te ayudará a sacarte de tus ideas y te aterrizará en el mundo de nuevo. Y como persona soñadora que soy a veces es difícil escuchar el punto de vista de mi novio, porque no lo entiendo, o no lo encuentro lindo, pero luego me digo, ok, la vida no es acerca de cosas lindas todo el tiempo. Definitivamente estas personas ayudarán a mantener un equilibrio en tu vida.

3- Conecta con lo que te gusta. Todos sabemos lo que nos gusta, y si aún no lo sabes, ¡explora!, ya sea música, bailar, jugar algo, ir a algun lado... enfocate en eso por un rato y verás como las ideas se aclaran. Conectar con nuestros gustos nos hace conectar con nosotros mismos y créeme, no podemos mentirnos a nosotros mismos, por más que lo intentemos. 

4- Crea algo. Es importante tener un canal en el que puedas descargar toda esta energía que está adentro, en mi caso es escribir o bailar o hacer música. Cuando creas algo estás literalmente sacándolo de tu cabeza para que el mundo pueda verlo, o incluso si no lo enseñas a nadie, no pasa nada, al menos ya cumpliste con la tarea de sacarlo y eso cuenta. Crear es sanar, es vertir nuestras ideas en un canal creativo que va a llegar a algún punto, ¿cuál será?, ¡no lo sé!, yo solo estoy creando.

5- Contacta con la naturaleza. Ve al mar, entra en él, dile, "hola mar, ¿cómo estás?" y procede a contarle todo lo que te preocupa o todo lo que está rondando por tu mente. Lo mismo aplica si quieres ir al bosque, a la montaña, si quieres bailar en medio de un montón de árboles, si quieres visitar un santuario y hablar con los animales, si quieres besar al pasto y acariciarlo mientras le cuentas una historia, si quieres ir al lago y nadar junto con los peces. Créeme, ellos te escucharán y se llevarán lo que ya no necesitas.

jueves, 15 de diciembre de 2022

La gran roca

 En la meditación de hoy vamos a hablar de nuestra madre: la Gran roca.
Recordemos que hace no tanto tiempo, éramos todos parte de esta gran entidad que flotaba en medio de la nada, comprimida dentro de nuestra madre estaba todo lo que hoy conocemos: estaba el aire que pasa por nuestros rígidos bordes, estaba el agua que nos cala y nos hace cada vez más pequeñas, recordándonos que un día no seremos más que un pequeño grano de arena, ese es nuestro destino, lo hemos aceptado, sabemos que seremos parte de un ciclo, que las olas nos traeran paz, y cada día viajaremos millones de kilómetros.
Agradezcamos pues, a la gran roca, de la que todos venimos, porque un día no pudo contenerse más y de ella enamaron millones de pequeñas rocas, volando por todas partes; nuestros ancestros.
Somos afortunados de seguir viviendo después de tantos años, aún podemos presenciar las maravillas que nos aporta el día a día. 
A veces somos lanzadas de aquí por allá, a veces somos asientos, a veces formamos parte de casas, pero siempre estamos presentes. 
Nunca dejaremos de existir porque nuestra escencia perdurará hasta el fin de los tiempos.
Un día volveremos a unirnos, un día nuestra madre nos llamará de nuevo a su centro y todos seremos uno solo. 
Hasta entonces, practiquemos ser lo mejor que podamos, siempre conscientes de que el paso del tiempo no es en balde, y un día polvo seremos.
Hagamos cada uno de los amaneceres contar, disfrutemos de lo que nos rodea y salgamos a dar gracias. 
Gracias a nuestra madre la gran roca, 
esperamos el día para regresar a ella. 

martes, 13 de diciembre de 2022

Mirando por la ventana

 Hay algo acerca de limpiar la casa, es como si mi cerebro asociara las escobas y trapeadores con los recuerdos que trato de olvidar a toda costa y en algún punto el candado que con recelo cierro cada día se abre y ¡bum!, ahí están: los días de campo, las caminatas por la playa, las canciones que me sé letra por letra y que cuando suenan, tengo que irme corriendo a encerrarme, no vaya a ser que las cante y una lágrima se me salga.

Soy buena escondiéndome, y escondiendo lo que siento también, soy buena, en verdad, soy como un camaleón que sabe exactamente lo que lo rodea y está preparado viendo a todos lados en caso de que el peligro se esconda detrás de la más pequeñita hoja de papel. Esa soy yo, y por años he practicado, en la escuela (porque soy maestra), los niños hacen chistes cuando creen que no los estoy escuchando y dicen que no tengo corazón ni sentimientos. Se me da muy bien regañarlos y ponerles castigos, lo que no saben es que practico a diario conmigo misma. He practicado también con mi familia, que apenas tienen noticias mías cada que me llaman, y si decido contestar. 

Y se preguntarán qué rayos me pasó.

Y se harán suposiciones de que seguramente fue algo relacionado con el amor.

Y tendrán razón.

Siempre es algo que tiene que ver con el amor, ¿no?

Es tan real, amar con todo lo que se tiene y perdelo también después de que el ser amado decide partir en busca de nuevas aventuras, en busca de algo que jamás iba a encontrar quedándose a mi lado, porque estabamos estancados, porque yo vivía una existencia feliz a su lado pero él no estaba satisfecho con mi deseo de quedarme aquí, atada a una vida que conocía a la perfección y que se había hecho mejor con su llegada, él, por el contrario, sentía una necesidad insaciable de recorrer el mundo y más allá, de vivir experiencias extremas, y a mí me daba miedo hasta mi sombra.

Así que finalmente se fue, y yo me quedé con el dolor atado a mis pies, con los recuerdos en la mesa, pidiéndome que los abrazara, pero no me lo permití. Y ahora vivo mi vida sin sentimientos ni amores, es mejor, de verdad, hasta que un lunes por la mañana hago la impieza y las ventanas están empolvadas y saco el trapo del mismo cajón y comienzo a limpiar y los recuerdos salen y no logro contenerme y salgo corriendo y grito: ¡José dónde carajos estás!, pero sé que es demasiado tarde y él está demasiado lejos y no volverá.

Así que me compongo, me vuelvo a cocer las heridas y entro en la casa donde los recuerdos también vuelven a esconderse. 

Mi vida es aburrida en verdad pero vuelvo a ella porque es lo único que me queda.

Hasta que un día mirando por la ventana ahí está, al principio no sé si es verdad o una alucinación causada por la falta de comida, pero veo perfectamente claro a José caminando por la calle. Imaginé por tanto tiempo ese momento: correría hasta él y le pediría que jamás se volviera a marchar, le diría que no he logrado olvidarlo, pero en la vida real, lo único que logro hacer es sonreir. 

Pero él sabe leer mis sonrisas, ¡uff!, había olvidado lo talentoso que es con el lenguaje corporal, y aunque lo intento,  no puedo disimular ni callar lo que he guardado por tantos años.

José se acerca a la ventana y me pregunta como estoy.
-Estoy de maravilla y tú. -Pero mi sonrisa no sabe disimular y le cuenta que no he parado de llorar desde su partida, que en realidad él ha sido mi único camino a la felicidad y que su presencia, aunque solo en mi mente, me ha motivado a conventirme en una mejor persona. 
José me pregunta que si es verdad que estoy casada con Juan.
Yo me río, pero de nuevo mi sonrisa me delata y le cuenta que ni de broma sería la princesa de alguien más, porque en mi vida el único príncipe ha sido él. 
José sonríe alagado.
Yo quito la sonrisa de mi boca con todas las fuerzas de mi cuerpo. 
José se va después de despedirse con un beso en la mejilla, y cuando lo veo desaparecer en la esquina, finalmente mi sonrisa aparece de nuevo y yo puedo llorar en paz.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Cada viernes, como siempre

Cada viernes salgo del trabajo a la misma hora: 4pm, espero al autobus en la misma parada, esquina con calle Reforma, y llego a casa una hora después. Era un viernes común en diciembre, la ciudad fría, el aire rozando mis mejillas y quemándolas, y el cielo tan nublado, que casi podías sentir las gotas de lluvia a punto de caer. El trabajo terminó un poco antes pero mi jefe me pidió revisar unos documentos, así que a fin de cuentas terminé saliendo a la misma hora.

La parada del bus estaba llena de gente y estaba empezando a llover, así que me moví una cuadra arriba solo para no quedarme sin lugar, y también para evitar mojarme demasiado, pues no llevaba paraguas. Ese día tenía puesta una falda verde, una blusa blanca y tenis deportivos, para cubrirme del frío una chamarra de piel. Tenía mis audífonos puestos, escuchando una de esas canciones cursis que se ponen de moda y no te puedes sacar de la cabeza cuando de pronto mis ojos no podían creer lo que veían.
Ernesto estaba al final de la calle, caminando en mi dirección. Pensé que nunca lo volvería a ver después de nuestra ruptura repentina, o al menos eso es lo que había deseado desde hacía meses, en una ciudad tan grande es poco problable que te cruces con la misma gente dos veces, pero ahí estaba él.

Conocí a Ernesto cuando yo aún no había encontrado trabajo y le ayudaba a mi mamá en su papelería por las tardes, él estaba estudiando artes y siempre llegaba corriendo y preguntando por materiales de los que yo nunca había escuchado hablar y después de clases, cuando yo ya estaba por cerrar se quedaba a platicar conmigo, y así, poco a poco me acostumbré a su presencia.
Tenía un aire como a Ricardo Arjona y yo siempre le pedía que me cantara alguna canción o me compusiera algún poema, pero en vez de eso recibí una y otra vez pinturas que hacía “pensando en mí”, decía que yo era la musa que no sabía que necesitaba. Mi mamá me advertía que el amor joven no podía durar demasiado y yo me reía en su cara, porque sabía que solo estaba celosa de que todo mi amor ya no fuera solo para ella.
Ernesto tenía 20 años, yo 19, apenas un año menor pero no había tenido la suerte o las ganas para ir a la universidad, él me decía constantemente que debería al menos intentarlo, con mi amor por la música, pero a mí el mero pensamiento de volver a un salón de clases me daba nauseas.

Cuando estás enamorada hasta los más pequeñitos detalles te parecen increíbles, como una noche cuando mirando las estrellas Ernesto sacó de su mochila una rosa y me besó mientras yo cerraba los ojos, intentándo hacer que el momento no se terminara.
“No tienes idea de lo mucho que te quiero” me dijo.
“En el mundo no cabe tanto amor” respondí, “si hubiera un récord, ya lo hubiéramos rompido”
Desde entonces, todos los días me llevaba una rosa a la papelería o a cualquier lugar donde acordaramos vernos. Mi cuarto se lleno de floreros, el olor a rosas inundaba toda la casa y volvía a mi mamá loca, pues ella es que tenía que cambiarles el agua, luego me dio la idea de secarlas poniédolas en libros, así que su librero empezó a llenarse un poco más cada semana con los que encontraba en bazares y mercados.

Cuando el verano llegó y Ernesto salió de vacaciones me dijo que tenía que volver a casa por una semana, antes de irse me dejó rosas en mi ventana, una por cada día en que no estaría.
Salió de la ciudad en uno de esos autobuses que parecen estar a punto de deshacerse y como siempre, antes de darme un beso me pidió permiso, yo no podía evitar reírme.
“Te salen más baratos los besos que las rosas, y aún así me pides permiso…”
La semana pasó tan lentamente que me obligaba a no ver el reloj a cada minuto, mi mamá me quitó el celular más de una vez, pues lo veía todo el tiempo con la esperaza de que Ernesto me hubiera escrito o llamado. Pero los días pasaban y yo me encontraba con un nudo en la garganta y el hambre se me había ido lejos, mi mamá tenía que rogarme para que comiera algo, habían pasado tres días y Ernesto no había dado señales de vida. Finalmente, al cuarto día me llamó por la noche disculpándose diciéndo que había tenido una cena y desde entonces se había sentido mal y no había dejado la cama, le dije que lo sentía y que esperaba que se mejorara pronto, hablamos un poco más de cosas triviales hasta que me quedé completamente dormida con el celular en la mano.
Al día siguiente convencí de que todo estaba bien, incluso le conté a mi mamá sobre Ernesto sintiéndose mal, ella solo alzó las cejas.
Dos días después, y de nuevo no había escuchado de él, ni un mensaje.
"¿Quién no tiene tiempo ni para mandar un mensaje en estos tiempos?" me decían mis amigas, quiénes también empezaban a sospechar que algo no andaba bien.
Ernesto llegó el lunes, después de tres días de silencio llegó a mi casa con una rosa en la mano, además, era nuestro aniversario de 6 meses desde que nos habíamos conocido, yo estaba emocionada y a la vez molesta con él, pero en cuanto lo vi cruzando la puerta, toda mi preocupación de fue. Me besó con fuerza y me tomó en sus brazos para luego mirarme largamente.
"Eres tan hermosa" dijo, "no puedo creerlo"
Yo me sonrojé. Fuimos al jardín donde puse una sábana y nos acostamos viendo a los pájaros en los árboles. Ernesto no dejaba de mirarme de forma extraña, y parecía que en cualquier momento se iba a poner a llorar.
"¿Estás bien?"
Me tomó de las manos y cerró los ojos.
"Creo que debemos terminar."

Y así, en el momento que menos pensaba, me lo topé de nuevo, casi un año después, en esa esquina donde estaba evitando la lluvia, pero aún así mi cara estaba mojándose, lo que fue bueno, porque pude disimular a la perfección mis lágrimas, pues Ernesto no iba solo, sino acompañado de una chica casi tan alta como él y de ojos azules. Busque su mirada mientras iba cruzando camino conmigo pero en ningún momento volteó a verme, estaba completamente hipnotizado.
Quizá sea un poco tonto, pero desde ese viernes, no pierdo esperanza y me vuelvo a parar en la misma esquina, con la esperanza de que vuelva a pasar.
Quizá un día vuelva a tener mi cuarto lleno de rosas.