domingo, 8 de marzo de 2015

Un cambio que cambia todo

Cada que voy a visitar a mi familia en el pueblo siempre hay algo diferente: un restaurante nuevo, locales que cambian de look, personas nuevas, calles y escuelas pintadas de diferente manera...pero esta vez cuando llegué no era nada de eso lo que había cambiado, era mi papá. 
Lo vi y lo primero que hice fue sonreirle, estaba vestido igual que siempre, estaba con el corte de pelo de siempre, pero ya usa lentes, sí, mi papá ya usa lentes porque desde hace tiempo que le costaba leer de cerca y siempre tenía que alejarse las cosas o preguntar, "¿Qué dice ahí?", así que hace unas semanas que fue y se hizo un examen de la vista y se mandó a hacer lentes. 
Mi papá…me dan ganas de llorar cuando pienso que está envejeciendo. No es que no sepa que es el curso normal de la vida, pero no puedo evitar sentirme triste.
Tengo pensamientos absurdos de vez en cuando, como que preferiría no tener hijos ni casarme jamás para así darles todo a mis papás, para regresarles todo lo que me dieron. Pero sé que es absurdo porque también quisiera tener cuatro o tres hijos. 
Quien sabe que vaya a pasar conmigo, lo único que sé con seguridad es que yo haría lo que fuera por mi familia, por que fueran eternos. 

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