lunes, 13 de enero de 2020

La lucha por no enamorarme

Decidí -antes de que el año empezara, que este sería MI año. No más chicos, no más enamoramientos y darlo todo por nadie, excepto por mí. Y sé que apenas van 13 días, pero, oh boy, es difícil.
No más tinder, no más salidas los viernes por la noche a los bares, no más llamadas o textos en las madrugadas, no más.
Y es que sin amor me aburro, mi corazón está tan lleno y a la vez tan ciego que quiere darlo todo, entregarse a manos desconocidas una y otra vez.
Pero esta vez pasó algo mayor: no solo el corazón se rompió, también se fue una parte muy grande de mi esperanza, de mi confianza hacía el sexo opuesto. Porque una cosa es que te digan: "ok, no quiero saber más de ti", y una muy diferente es que desaparezcan como sin nada y luego vuelvan a aparecer pero con una chica diferente en la mano y haciendo lo que se supone harían contigo, eso, a mi punto de vista, es como decir "jódete, jódete y no me importan en absoluto tus sentimientos".
Y me digo, ¿será posible?, que sin importar la edad, la nacionalidad, la apariencia física, en realidad todos los hombres van a aplicarme la misma mierda una y otra vez...

Ellos dicen que uno atrae lo que uno es.

Así que, para dejar de atraer a puro imbécil, voy a trabajar en mí misma. Sí, no más chicos. En vez de eso, más agua, más ejercicio, más leer, más escribir, entrar a la escuela, certificarme en inglés, viajar, crecer, mudarme.

Este es mi año. Este es el año en que lucho contra los sentimientos atorados en mi corazón, los guardo, los alimento y en vez de dárselos a cualquiera que pase por la calle, me los doy a mí misma.

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