jueves, 14 de junio de 2018

Cuando el pasado toca

le cierras la puerta en la cara, ni siquiera la dudas un segundo, pero te vas a la cama preguntándote qué rayos quería, qué hacía, por qué vino de nuevo a molestar.
Sabes que tienen asuntos pendientes pero no estás dispuesta a volverlo a ver, ni siquiera a tener una conversación con él.
Te enseñaron que el pasado se entierra y tu cavaste el pozo más profundo e incluso lo tapaste con cemento, pero de alguna manera, volvió a salir y ahora se la pasa rondándote, recordándote que no has sido lo suficientemente lista como para escapar de él.

Tocó una, tocó dos, tres veces y te puso una nota

"sé dónde trabajas, sé dónde pasas el tiempo, deja de huir, tenemos que hablar"

pero no quieres, harías la maleta ahora mismo de saber que eso te salvaría de su encuentro.

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