sábado, 18 de octubre de 2014

Visitando el futuro

Hoy a las 8.04am tomé el camión que me llevaría a ver lo que un día seré.
Tomo clases de teoría de la comunicación humana, así que hoy el maestro nos pidió que nos reuniéramos a las 9.00am en un asilo. Llegué 10 minutos antes. Saludé a una persona, fui a la tienda a comprarme una dona y un chocomilk, regresé; aún no llegaba el maestro.
Ingresé junto con el grupo a las 9.20am. Primero llegó un señor y comenzó a cantar, sentí mucha tristeza; aplaudimos todos. Luego llegó el director del asilo y nos dijo que nos daría un recorrido por las instalaciones. En la entrada había como 6 personas, todas en sillas de ruedas; todos comenzaron a decir buenos días y yo estaba con la mirada perdida, sonriendo pero más que nada por obligación, no podía quitarme el sentimiento de tristeza de encima. A mano derecha estaba la cocina, luego los baños, luego pasamos a ver a Jesús, que es pintor, nos mostró los cuadros en los que estaba trabajando; uno de la última cena que estaba casi por terminar y otro del rostro de Jesucristo. Después más cuartos, más personas. Un cuarto con un montón de aparatos de rehabilitación, jardines, dos salas con la televisión encendida y algunas personas viéndola, más baños, la enfermería, más cuartos y fin.
"Pueden ir a hablar con quien ustedes quieran"
Fui a sentarme con una señora Alemana, me preocupé porque pensé que tal vez no hablaba bien español, pero me di cuenta de que lo habla perfecto. "Soy de Munich" me dijo. "Yo tengo amigos en Berlín" respondí. "Ah, es una ciudad muy bonita"
Y luego me contó de como se enamoró de México desde la primera vez que vino, de como pasó noches en el desierto, con caballos salvajes mirándola fijamente. Habla varios idiomas, ha visitado muchos países. "Me gusta la playa" dijo, "¿La dejan salir a la playa aquí?" pregunté. "No"
"Siento que aún me quedan muchos años de vida" siguió, "pero si me quedo aquí, esos años se me van a acabar".

Llegó alguien más a visitarla y tuve que irme de ahí. Fui a ver a Jesús, el pintor. "Yo era estilista en Hollywood" me dijo, "No es tan glamuroso como se oye, después, quise ser diseñador, pero me di cuenta de que no era lo mío, porque la ropa tiene que ser perfecta, y yo no puedo ser perfecto, no me gusta la perfección. Por eso soy pintor, porque el arte no es perfecto".
 Sonrió, "Muchos aquí adentro no creen en Dios, y no es cosa de la edad, es porque ya desde antes estaban mal, ¿cómo pueden no creer en Dios?, y yo no digo que la gente tiene que hacer mandas, que tiene que caminar de rodillas para que Él los escuche; Dios no quiere que suframos. Sé buena."

Tenía que regresar a la escuela para mi próxima clase, así que a las 10.40am tuve que despedirme. "Cuidense mucho, adiós". Tenía ganas de llorar en ese instante, por dentro lo estaba haciendo. Pero me aguanté y solo sonreí. Me vi a mí misma con 80, 90 o tal vez 100 años, contando historias, me vi a mí misma y me dije que tengo que empezar a vivir.

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