jueves, 13 de noviembre de 2014

Me siento como Charlie

Ya terminé de leer The Perks of Being a Wallflower, y estuvo bien: superó mis expectativas. Creo que es un libro bastante sencillo y en su sencillez está su belleza. Como siempre, cuando algo me gusta mucho me identifico con ello, y sí, me sentí muchas veces identificada con el personaje principal. Hay tantos momentos en los que me siento invisible, en los que siento que no encajo y lo único que puedo hacer es llorar. Y también tengo unas amigas y amigos maravillosos con los que pasé los momentos más bonitos hasta el momento, y también escribo y también leo. No sé. Soy como Charlie en muchos sentidos.
Ojalá pudiera involucrarme un poquito más, ojalá pudiera ser menos consciente de las cosas y en vez de pensar tanto solamente actuar.
Quizá sí, quizá también un día voy a terminar tirada en el piso alucinando los recuerdos reprimidos en mi inconsciente: porque sé que algún día tal vez salgan, y no estoy preparada para eso.

Hoy quiero contarte algunas cosas que me pasaron. Ya no quiero que los días pasen sin ser recordados, por más insignificantes que sean. Hoy tuve clase de dinámica de grupos y me tocó realizar la dinámica del día, que además era mi práctica final (por la que obtendré una calificación). Estuvo bien, no salió como la habíamos planeado pero creo que sorteamos las dificultades bastante bien. Al final, los compañeros de clase se dieron varios abrazos y creo que sí les transmitimos algo: estuvo bien. Y cuando la maestra dijo que le había gustado no pude hacer más que sonreír.
Después tuve asesoría de un trabajo final, y a pesar de que salí a las 12.30pm me quedé a esperar a mis amigas, porque iríamos al cine a ver Interestelar, pero resultó que la película dura 3 hrs así que no entramos y mejor fuimos a comer hamburguesas. Después compré unos lentes (otra vez gastando, ya sé), y luego regresé a casa.

Me quedé medio dormida por dos horas y cuando desperté tenía 2 llamadas perdidas de mi papá: me asusté y luego vi que tenía varios mensajes de él y de mi mamá. Pero no era nada malo, solo querían saber como seguía de la gripe y si iría a casa esta semana. Se me salieron unas lágrimas y luego leí: me perdí leyendo como dos horas hasta que terminé la historia y también lloré al final.

Ella se sentó en el suelo conmigo. Habló en voz baja:-Charlie, ¿no captas? Yo no puedo sentirlo. Es encantador y todo eso, pero a veces es como si ni siquiera estuvieras ahí. Es genial que puedas escuchar y ser un paño de lágrimas para alguien, pero ¿y si ese alguien no necesita un paño de lágrimas? ¿Y si necesita los brazos o algo así? No puedes quedarte ahí sentado y poner las vidas de los demás por delante de la tuya y pensar que eso cuenta como amor. Sencillamente, no puedes. Tienes que hacer cosas.-¿Como qué? -pregunté. Tenía la boca seca.-No lo sé. Como agarrarles las manos cuando llega la canción lenta, para variar. O ser el que le pide salir a alguien. O decirle a la gente lo que necesitas. O lo que quieres. 

-Charlie, te dije que no pensaras en mi de esa manera hace nueve meses por lo que te estoy diciendo ahora. No a causa de Craig. No porque no pensara que fueras genial. Es solo que no quiero ser el amor platónico de nadie. Si le gusto a alguien, quiero que sea mi verdadero yo el que le guste, no lo que piense que soy. Y no quiero que se lo guarde. Quiero que me lo demuestre, para poder sentirlo también. Quiero que sea capaz de hacer lo que quiera hacer estando conmigo. Y si hace algo que no me gusta, se lo diré.
Sam estaba empezando a llorar un poco. Pero no estaba triste.
-¿Sabes que le echaba la culpa a Craig por no dejarme hacer cosas? ¿Sabes lo tonta que me siento ahora por eso? Quizá él no me animaba de verdad a hacerlas, pero tampoco me prohibió nada. Aunque, después de un tiempo, yo no hacía las cosas porque no quería que cambiara la idea que él tenía de mí. 

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