sábado, 27 de octubre de 2018

Cosas que pasan un viernes por la noche

"Un chico de por allá me dijo que quiere bailar contigo, ¿qué dices?"
"Digo que estamos lo suficientemente mayores como para mandar a otros a hablar por nosotros, ¿no crees?"
"En ese caso, ¿bailas conmigo?" ella se río bajito y lo miró por primera vez, él hizo un gesto ofreciendo la cerveza que tenía en las manos, ella no dijo nada, pero se alejó mientras la música no paraba.

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"¡Hey!, I'm Matt" le dijo un chico de repente. Ella hizo una cara de confusión y él rió para luego contestar casi gritando: "¡Tinder!", ella rió de nuevo, esta vez casi soltó una carcajada. "What are you doing later?" siguió él, ella se encogió de hombros. "Want to come to my place?", y de nuevo, la música siguió sonando mientras ella caminaba en dirección opuesta al chico.

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"No sé qué estoy haciendo", le dijo a su mejor amigo. "¿Qué dices?", "¿No te das cuenta?, nada de esto tiene sentido, siempre son los mismos chicos, las mismas palabras, las mismas canciones. Al principio estaba bien, pero han pasado años y seguimos viniendo a este lugar", él suspiró y tomó cerveza. "Si quieres podemos irnos a otro bar", ella se decepcionó al no encontrar la respuesta que necesitaba, "no entiendes" dijo sin ganas.

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"Ahí está ya sabes quién" le dijo una amiga. 
"¿Dónde?, ¿está con alguien?" se apresuró a preguntar mientras miraba en todas direcciones buscándolo. Y cuando finalmente lo vio, hizo un gesto con la mano con el que le indicaba que se acercara a ella.
"¿Me estabas esperando?" le dijo mientras tomaba su mandíbula con dos dedos y acercaba sus labios, pero no lo suficiente como para besarla.
"¡Déjame!"
"Eres tú quien me pidió que viniera"
Ella quería irse, de nuevo caminar a otro lado y que fuera otro quien la llevara a su casa, pero no podía, conocía la rutina a la perfección: ir al bar, encontrarse con varios tipos que la invitaban a bailar, rechazarlos, aceptar cervezas y a cambio besar para luego salir corriendo a la primera, y luego, él llegaba.
Lo tomó de las manos y lo atrajo tanto hacía ella que casi pudo sentir su corazón latir. Lo besó, luego sonrió.
"Vámonos" le susurró al oído.

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