jueves, 4 de septiembre de 2014

Septiembre

Este es el grito desesperado de la niña que con 17 años se enamoró de ti y te entregó por completo su corazón. 
Este es mi corazón que un día sonreía al verte y ahora se entristece cada que hablan de ti.
Esta es mi sonrisa que un día te perteneció y fue nada más que tuya: y ahora ha desaparecido por completo. 
Estos son mis ojos que se posaron en ti un día de septiembre y vieron algo especial, creyeron haber decubierto a aquel que sería su verdadero amor, y ahora de ellos no paran de salir lágrimas del dolor que haz causado. 
Estas son mis lágrimas que un día fueron de felicidad al enterarme que tú también me querías, que en ti encontraba la reciprocidad que jamás había conocido en la vida, las lágrimas de escucharte decir "Te Amo" por primera vez, y ahora estas lágrimas son reflejo del lamento que no he podido pronunciar. 
Estos son los Te Amo que te dije en tantas ocasiones, ¿Recuerdas la primera vez?, nunca en mi vida había estado tan segura al pronunciar esas palabras, y eran solo para ti, y ahora no logro acordarme de cuando fue la ultima vez que de tus labios escuché salir aquella frase.
Estos son mis labios que bien sabes que te pertenecen, te los regalo...quédate con ellos y hazles lo que quieras, ya no los necesito pues de ellos no saldrán más palabras de amor. 
Soy tuya, esta soy yo...la niña de 17 años que un día se fijó en ti y te creyó el más especial de los hombres, ¿Me recuerdas?, a la que juraste tratar como a una princesa y dijiste que jamás la ibas a herir. 
Rompiste tus promesas. 
Me rompiste como a un trozo de papel y me echaste a la basura. 
Ahí esta, muy en el fondo un alma que sufre por amor. 
Esa es mi alma, tómala, llévala contigo, guárdala en el bolsillo donde guardas los objetos mas preciados. 
Toma a esta mujer que ahora tiene 20 años y nunca la olvides. 
Pues para ella eres lo mas increíble e importante que ha acontecido en su rutinaria vida.
Todos los recuerdos me los quiero borrar, pero están tan anclados en mi alma que ya no podré. 
Por eso llévala contigo siempre. 
No la mates como hiciste con mi corazón. 
Y si acaso un día me extrañas mira dentro de ella y ahí encontraras cada parte de mi. 
Tal vez quieras volver a armar este rompecabezas en el que me haz convertido...
Este es mi grito desesperado, que tarde un año entero en dar. 
No lo ignores. 
Sal a mi encuentro. 
Salva mi alma.

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