sábado, 25 de agosto de 2018

The Love Club: Morgan


*1 año atrás*

-¿Recuerdas a mi primo Morgan? –Le dijo Mauricio a Tefi un día que estaban en su casa viendo la televisión.
-Pues claro, ¿por qué?
-Se va a venir a vivir para acá.
Tefi pausó la película y miró a Mauricio.
-¿De verdad?
-¿Por qué pausas la película?, ¡qué dramática! –le gritó, mientras seguía viendo la televisión.
-Es que creí que ustedes habían salido mal y no se hablaban.
-¿Por qué crees eso? –Y Tefi solamente volteó los ojos y siguió viendo la película y comiendo palomitas.

*
Morgan llevaba ya 2 meses viviendo en USA en casa de su mejor amiga, sentía cómo todo finalmente empezaba a tener sentido. Estaba sentado en su cuarto, simplemente reflexionado cómo en el último año había cambiado todo: no se sentía completamente realizado estando en el Pueblo, pero una vez que salió de allí, todo comenzó a tomar forma.
-¡¿Estás listo?! –le gritó su amiga desde la siguiente habitación -¡Vámonos porque se no hace tarde!
Morgan tomó su chaqueta de mezclilla y salió del cuarto. Se sentía bien.
Llegaron a la fiesta donde su amiga conocía a todo el mundo y él apenas conocía a una o dos personas, se sentía un poco incómodo pero resolvió que lo mejor sería ir por alcohol.
-¿Quieres algo? –le preguntó a su amiga
-Vodka, lo que sea con vodka.
En el camino Morgan vio a demasiados chicos guapos, uno en particular llamó su atención y le sonrió, se sorprendió demasiado al ver que el chico también le devolvió la sonrisa. Siguió caminando hasta la mesa donde estaba todo el alcohol, sirvió dos tragos y cuando se disponía a volver, alguien lo tomó de la cintura por sorpresa.
-Hey –le dijo el chico, que estampó sus labios contra los de él, Morgan solamente dejó caer los vasos, sin importarle si ensuciaba algo o no.

*5 años atrás*

Morgan estaba en la habitación de Mauricio, esperaba a que terminara de cambiarse para salir a cenar. Se sentía nervioso y no podía lograr controlarse, por más que lo intentaba.
-¿Estás bien? –Preguntó Mauricio –Estás muy callado.
Morgan solamente asistió con la cabeza.
-¿A dónde quieres ir a cenar?
-A donde quieras –respondió Morgan, Mauricio comenzó a irritarse.
-Si vas a estar así mejor no vamos a ningún lado.
Morgan sintió que el estómago le iba a estallar, no podía aguantar más, necesitaba hablar con alguien. Mauricio notó la cara de angustia de Morgan y se sentó.
-Ya dime, ¿qué te pasa?
Morgan lo miró directamente a los ojos por unos segundos, y sin quitar la mirada respondió:
-Soy gay –comenzó a llorar en silencio, Mauricio no sabía qué hacer, si abrazarlo o consolarlo o decirle algo, así que en su indecisión, simplemente le dijo:
-A mí también me gustan los hombres.

*

Morgan llegó a casa de su mejor amiga en la madrugada, sentía como todo le daba vueltas, y no alcanzó a llegar a su cama, así que se acostó en el sillón.
-Estuvo increíble –le dijo a su amiga, que también yacía en uno de los sillones. Ella asintió con la cabeza y cerró los ojos –No puedo creer que me ligué al más guapo de todos, ¿lo viste? –pero ella no respondió, pues ya se había quedado dormida.
Morgan sacó su celular de la bolsa de su pantalón, miró la hora: 4:02 am, marcó un número y se puso el teléfono al oído, el timbre sonó solamente una vez, luego contestaron.
-¿Morgan?, ¿qué haces despierto tan tarde?
-¡¿Tefi?! –gritó, su amiga se despertó, cambió de posición y siguió durmiendo -¡No puedo creerlo!
-¿Qué cosa? –respondió ella riendo -¿estás borracho?
-No puedo creer que estoy hablando contigo –hizo una pausa para tratar de levantarse pero no lo logró, así que siguió hablando -¿qué crees que me pasó?
-¿Qué cosa?
-Fui a una fiesta y me ligué al chico más guapo que te puedas imaginar, ¡más que Adam! –volvió a gritar –Tefi soltó una carcajada –No te enojes conmigo, Adam es lindo, tienes suerte.
-Parece que tú también tienes suerte.
-¡Mucha!, desde que estoy acá, me siento libre, al fin puedo ser yo, puedo ir a fiestas con gente a la que le gusta lo mismo que a mí, puedo ir a lugares y conocer gente increíble, ¡soy libre!, ¡puedo ligar con chicos guapos!
-Suenas muy feliz.
-Estoy feliz, Tefi, soy muy feliz –el tono de Morgan se puso serio de repente -¿tú eres feliz allá Tefi?, ¿te pasa igual que a mí?, lejos del Pueblo todo es mejor, ¿no?
Y Tefi, que estaba caminando hacia un restaurante y veía a lo lejos a Adam haciéndole señas con la mano, no pudo más que responderle:
-Sí, soy tan feliz como tú Morgan.

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