sábado, 18 de julio de 2020

Vamos a mejorar mentalmente ep. 1

Como parte de mi viaje en este planeta, en este país, en este pueblo y sobre todo, en este mi cuerpo, decidí entrar a un curso de 10 semanas en donde en cada una, a través de las palabras y ejercicios iré descubriendo cosas de mí, y trabajando también en ellas. Y como yo creo que todo ha de ser compartido con el mundo, aquí les comparto este primer ejercicio (en realidad ya voy en la semana 3, pero aquí les iré compartiendo).

Ejercicio 1: consiste en escribir sobre nuestro nombre, qué significa, cuál es su historia, su esencia, qué cambios ha ido experimentando y cómo es que forma parte de ti hoy, ¿qué vibra en tu cuando escuchas el llamado a través de tu nombre, qué color tiene, qué forma? 

Mi nombre completo es Zuleyma Janeth. Zuleyma significa pasión, amor, lujuria, princesa de muchos amores pero solo un amor verdadero. Janeth significa mujer poseedora de la gracia de Dios, la mejor gloria de todas, la que posee la dicha de Dios.

Cuando era pequeña le pregunté a mi mamá por qué me habían puesto este nombre, y me dijo que en realidad ella quería ponerme Wendy, pero mi abuela se lo prohibió porque le dijo que ese era un nombre para perros. Así que entonces decidió ponerme Janeth, porque ese nombre le gustaba.

Nunca me ha gustado el nombre de Zuleyma, creo que es porque lo asocio a que cuando mi mamá estaba enojada, ese era el nombre que elegía para regañarme. No había buscado su significado, hasta ahora, y veo que tiene mucho sentido (pero aun así no me gusta, siempre pensé en quitarme ese nombre, pero ahora ya no quiero).

Todos siempre me han dicho Janeth, solo algunas de mis maestras me han llamado Zuleyma o Zuly, y claro, a mí no me gustaba.

Con el paso del tiempo, yo sola cambié mi nombre de Janeth a Jane, porque me gustaba más como sonaba, y me parecía más estético, así que algunos de mis amigos me dicen Jan o Jane, y me gusta también. Mi nombre siempre ha sido pronunciado de muchas maneras y eso también me agrada, mis amigos americanos me dicen “Janeth” como Janet Jackson y aquí la pronunciación es más como sin el acento americano. Algunos me dicen “Yein”, y otros “Yane”.

Hoy en día mi nombre me gusta, creo que a pesar de todas las pronunciaciones, siempre sé que se refieren a mí, cuando me llaman por mi nombre, soy toda yo la que lo reconoce, y creo que mi nombre es de color rojo pasión.

Luego, la psicóloga me mandó mi retroalimentación:

Qué impresión leer la historia de tu nombre, porque casi es una biografía. Su contenido es muy revelador.

Por un lado, Zuleyma y Janeth son casi opuestos. Por un lado, la pasión, lujuria, una princesa que ama a un príncipe que no es con quien se va a casar y otro significado también puede ser ‘la que trae la paz’ (la que evita el conflicto y la confrontación, entonces, no?; por el otro, Janeth que alude a la gracia de Dios, a lo casto y lo puro. Wow, que dualidad, no crees? Un poco como esa dualidad de la que hablamos la última vez que nos reunimos. Asimismo, la resistencia a usar Zuleyma como una manera de no aceptar la sombra, la parte instintiva, “lo prohibido”. Realmente me impactó leer este contenido.

Por otro lado, tu mamá quería un nombre para ti y la abuela lo impide. El peso del ‘qué dirán’, de hacer ‘lo correcto’. Wendy puede significar “la de las blancas pestañas, la mujer amiga y llena de luz” y te fue arrebatado por una autoridad. Me pregunto cuál ha sido el papel de tu abuela en tu vida y en general en tu familia, qué tan pesados pueden ser su opinión y sus principios morales en el funcionamiento del sistema.

Y luego, para rematar, tu eliges nombrarte Jane, “la que recibe la misericordia de Dios”, wow, como si tu fueses culpable de algo, como si cargaras con una ‘cruz’ y por ello necesitaras esa misericordia, que sorpresa!

Con este recorrido, vuelvo al punto en el que es esencial integrar la dualidad, integrar a Zuleyma y a Janeth, hacerlas una sola pieza en el rompecabezas de tu identidad.

Después de recibir la retroalimentación, hice una tarea, que consistía en hacer una carta a Zuleyma y una a Wendy, y no voy a mentir, las lágrimas salieron casi automáticamente. Puedo ver claramente una dualidad en mí, en todos los aspectos, por ejemplo: siempre he dicho que no quiero hijos, pero revisando mi diario, puedo darme cuenta que desde que cumplí 26, el pensamiento de tener un hijo ha estado recorriendo mi mente constantemente. En este caso, mi nombre habla específicamente del amor, y lo veo muy claro, apenas escribí "yo soy Ted Mosby", el eterno enamorado que busca por su amor "verdadero" y vive en las fantasías que se ha formado en su cabeza, pero, también soy Robin, la mujer que quiere ser independiente, viajar por el mundo y no tener hijos: ser libre. Y hasta que no encuentre una manera de encontrar un punto medio entre ambos, no podré saber qué quiero realmente, por eso he andado buscando sin saber realmente qué quiero encontrar, y pues, no encuentro nada.

Pero poco a poco, vamos mejorando, vamos trazando un camino bien pavimentado. 

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