domingo, 7 de noviembre de 2010

Decifrar es una palabra importante.

Creo que toda mi vida ha sido igual. Y no tengo que leer un libro para darme cuenta. Yo ya lo sabía.
Siempre lo he sabido, es solo que no lo quiero aceptar. No aún. No cuando parece que tengo una oportunidad de salir de mi zona de confort, y... yo no quiero cambiar. Eso es lo que más me decepciona.
Siempre hay algo, señales, fechas, días diferentes, personas nuevas. Siempre hay algo que me dice "esto es lo que necesitas, yo soy lo que necesitas"
Pero prefiero no arriesgarme. Porque prefiero no ganar.
Nunca he ganado. ¿O sí? A fin de cuentas no tengo nada para perder tampoco.
Es difícil darse cuenta de lo que uno realmente es. Porque vivimos engañados, creyéndonos fuertes, perseverantes, pero vivimos en la rutina, vivimos haciendo cosas "porque debemos hacerlas".
Hay días, en los cuales me siento "FELIZ", si es que es posible. Pero esos días son contados.
Necesito algo, necesito a alguien, que me haga entender que la vida se vive una vez, y yo ya estoy creciendo, en todos los sentidos lo estoy haciendo, y en vez de envejecer, me siento más joven. Y con menos ganas de salir adelante.

Soy como María, y espero, de verdad espero que con el paso del tiempo (a veces rápido, a veces muy lento) me dé cuenta de que no tuve la culpa de mis errores, y sí, cometí uno en especial del que me siento aún culpable.
Miro atrás y aún no logro perdonarme. Aunque sé que no fue ni será mi culpa. ¡Por qué no lo dejo ir!
Así como ella creyó haberse enamorado, su primer amor... cuando tenía 11 años y dejó pasar la oportunidad por timidez, porque era niña, y los niños son así. Yo creí también, que me había enamorado a los 14 años, cuando conocí a unos ojos brillantes que me hablaban en un idioma distinto y me daban esperanza, pero a diferencia…yo no lo dejé pasar, no fui ni la culpable ni la que lo quiso así. Ahora, en la actualidad, me gusta pensar (tal vez por comodidad) que fue obra del destino, que así Dios lo decidió.
Quiero pensar que va a llegar un día en el que todo va a cambiar. Porque siempre pasa, lo he visto antes; entre más seguridad creo (o creemos) tener, más débil me comporto, y entonces algo pasa. Porque así es la vida, porque nos pone pruebas.
No pido mucho, no pido irme a otro país, ni hablar un idioma distinto, no pido un trabajo donde descubra que no sirvo para nada, no pido a un hombre que necesite que lo salve.
No pido ser una escritora en busca de su destino, de su esposa que se escapó con un extranjero, no pido cruzar un país entero, ni cruzar el Camino de Santiago. No pido ser una alquimista en busca de un tesoro, ni pido encontrar a una mujer en la mitad de la búsqueda. No pido ser Verónica, ni pienso suicidarme con unas pastillas para dormir, que me lleven a un hospital, y ahí encontrar a un esquizofrénico a quien amar. No, yo no pido vivir en un pueblo pequeño, trabajar en un hotel, donde un día encuentre a un extranjero y que sea un demonio, que me tiente a mí y que me pida que mate a alguien…
Yo solo quiero que todo esto tenga sentido.

Porque un nuevo año comienza para mí, pero siento un vacío que no puedo llenar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y sabes cual es ese vacio?? Te voy a confesar algo a mi me dicen que me ven siempre feliz que como le ago pero en realidad no saben como me siento por dentro me siento fatal...

Janeth Plazola dijo...

No sé cuál es el vacío...pero creo que así somos todos. No podemos sentirnos completamente bien, no creo que alguien sea capaz, porque aunque alguien se sienta bien, aunque diga que es feliz, siempre hay preocupaciones, dolores. En fin, el pasado atormenta mucho, y yo no lo puedo controlar.

Anónimo dijo...

chale que malo necesitamos una distraccion para ti urgentemente ;)