domingo, 23 de agosto de 2015

Soy feliz. Feliz. Feliz.
No quiero olvidar que hay días como este: donde puedo pasar la tarde entera riendo y hablando de cosas simples, donde puedo ser una versión de mí misma que verdaderamente me gusta.
Donde me olvido que ya soy mayor. Puede que no sea correcto, pero no puedo detener a mis sentimientos. Y sé que lo que digo a veces parecen contradicciones, pero ya ni siquiera me importa.
Mis días en éste pequeño pueblo son especiales.
Porque está él.
Porque pasé 3 días a su lado y porque no quisiera tener que esperar para volverlo a ver.
Soy feliz. Su sola presencia hace que me llene de alegria y me sienta como una niña.
Desearía que esta felicidad se quedara conmigo por más tiempo.
Desearía que no acabara nunca.

No hay comentarios: