miércoles, 26 de agosto de 2020

La rutinaria vida de una ventintitantosñera...

 Me despierto 6.30 am, a veces pospongo la alarma hasta las 7, pero lo hago con mucha culpa, pues sé que se me hará tarde. Me levanto, voy al baño, me lavo la cara, me pongo mis cremas, bloqueador, me visto, me maquillo, escucho música o un podcast, escribo en mi diario, tomo café, desayuno, pongo mis cosas en la mochila y me voy a trabajar. Dependiendo de cuánto tarde el camión en pasar, puedo llegar en 30-50 min a mi trabajo. 

Trabajar no se siente como trabajar muchas veces, la mayoría del tiempo tengo oportunidad de hacer otras cosas como ver videos o leer, o si tengo evaluaciones pendientes o sesiones que planear, lo hago. A las 2pm o antes regreso a casa, como, a veces tomo una siesta, dependiendo que día sea o tomo mi clase de portugués, o voy a mi práctica de Jarana. Luego trabajo a veces de 4 a 6 a veces de 4 a 7pm. 

Fin del trabajo, ¡al fin!, me cambio para ir a correr junto a mi mamá, si un día no puedo ir por alguna situación el particular, entonces hago ejercicio en casa.

Luego de ejercitarme hay varias opciones: o salir con mis amigos, o ir a la playa, o leer, o ver netflix o youtube. 

Cenar, ver más videos, leer, dormir.

La mayoría de las personas creen que tener una rutina es aburrido, o monótono, yo he descubierto que tener una rutina me da algo que amo con todo el corazón: seguridad. Y cuando me siento segura también tengo paz, a veces estoy teniendo un día lleno de estrés después de haber dado clases o terapia y luego voy a correr y automáticamente me siento bien. 

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