La chica robot

Nunca estuve sin algo que hacer en mi vida. Nunca. Fui educada casi como a un robot, programada, me pusieron un chip que marcó mi vida y su curso.

Fui al kínder cuando cumplí 5, fui a la primaria cuando cumplí 6, fui a la secundaria cuando tenía 12, a la prepa a los 15 y a la universidad cuando tenía 18. 

Nunca trabaje, bueno, excepto en vacaciones y empleos temporales de no más de dos meses. 

Nunca estuve sin hacer nada, aún cuando iba a la escuela tenía tareas que hacer, tuve que hacer servicio social, prácticas. 

Salí de la universidad y conseguí un trabajo como psicóloga a la semana, sin título, sin cédula, me contrataron y eso fue todo. 

Nunca cuestioné nada, estaba viviendo la vida que todos esperaban de mí. 

Nunca fui una decepción, no para mis padres, no para mi familia, no para mis amigos. 

La programación funcionó, este robot al que programaron para tener la vida perfecta estaba trabajando a la perfección. 

Hasta que un día, me cansé. 

¿Qué seguía en mi vida perfecta?,

¿Casarme?

Pero cómo, si ni siquiera había tenido un novio formal.

¿Tener hijos?, tampoco parecía probable. 

¿Mudarme de la casa de mis padres?

Ok, eso parecía probable.

Así que bien, ahora estoy a kilómetros de distancia de ellos, a 6 horas si tomo un autobús. 

Y no tengo nada que hacer. 

Ha pasado una semana, me he sentido mal, bien, determinada y luego derrotada. 

Y llegué a una conclusión:

Yo no sé qué quiero, no sé quién soy. Me olvidé de descubrir eso, me olvidé de pasar tiempo conmigo, me olvidé de aquello con lo que soñé de niña. 

Ahora que no tengo nada que hacer, no escuela, no trabajo, nada. Solo puedo pensar, y mis pensamientos me confunden. 

Una parte de mi quiere regresar, la otra no quiere rendirse. Ojalá alguien me soplara la respuesta correcta. 

¿Qué hacer?

¿Qué hago?

No soy un robot, soy una pequeña humana y no sé que puerta abrir, estoy perdida, por primera vez no tengo ni idea de qué es lo que sigue.