miércoles, 9 de octubre de 2019

Carta a mis infieles

"Sé que voy a desaparecer.
Y lo supe el día en que sus voces comenzaron a hacerse menos audibles, apenas y escuchaba un susurro, una breve brisa. Luego, nada, y yo, que estaba acostumbrado a tener que cerrar los ojos y concentrarme para escuchar a una sola voz, ahora estaba en completo silencio.
Sé que es tiempo de irme.
Pero alguien más llegará, hubo alguien antes de mí y habrá alguien después del siguiente. ¿Quién nos creó?, no tengo ni la más mínima idea, no sé de dónde salí yo o mis iguales, pero sé que se sintió bien ser adorado, sé que escuchar sus suplicas todos los días fue exhaustivo pero necesario.

Hubo una reunión hace mucho tiempo, 12 de nuestra clase se reunieron para decidir quién gobernaría los mundos pero no lograron ponerse de acuerdo, así que finalmente dijeron que irían por turnos, que cada quién crearía su propia doctrina, sus propias reglas y entonces reinaría. Pero eventualmente todos desaparecían, por alguna u otra razón sus fieles dejaban de creer en ellos, poco a poco menos y menos hasta quedar por completo abandonados. Entonces: el siguiente. Todos creyendo que su doctrina sería la mejor, que sus creyentes jamás dejarían de existir.

Entonces llegó mi turno, estuve pensando por mucho tiempo cuáles serían mis reglas, en qué los haría creer. Les di una lista de cómo comportarse, les pedí que me dieran un poco de lo que yo les daba, les dí un día en especifico para pararse y adorarme, les dije que escucharía sus súplicas pero a cambio tendrían que creer ciegamente en mí y que de repente haría uno que otro milagro. Nada fue suficiente, ustedes siempre querían más de mí, si yo los complacía de alguna manera siempre encontraban algo más que desear, otra complaciencia, jamás paraban. Hasta que me cansé, les mandé un montón de desastres naturales para a ver si así se callaban, para hacer desaparecer a la mayoría. Solo conseguí que me suplicaran piedad. Entonces les dije que ahora solo los escucharía, que ustedes se las arreglarían como pudieran.

Tal vez ese fue mi error, quizá debí seguir complaciendo sus demandas. Poco a poco dejaron de creer en mí, dejaron de hablar conmigo, de pensar en mí.
No me puse triste, yo estaba listo para descansar. Sé que cuando me vaya todo a va a desaparecer, les habré fallado, pero no he sido el único. Los demás también fallarán, no sé cuántos somos ahora, pero hay una fila que nunca dejará de existir, todos listos para gobernar.
Fue divertido mientras duró.
Hasta nunca."

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